La movilidad laboral de la población extranjera en España supera en casi cuatro veces a la de la población española, según un estudio del Banco de España.
Así, en 2006 el once por ciento de la población inmigrante decidió trasladar su domicilio en función de su puesto de trabajo frente al tres por ciento de los trabajadores españoles que adoptó esa decisión.
De acuerdo con este análisis, incluido en el último boletín económico del Banco de España, el colectivo inmigrante ha contribuido en casi un punto porcentual al incremento de la movilidad interna en España, que alcanzó en 2006 el cuatro por ciento de la población, con predominio de los movimientos dentro de una misma provincia.
Además, se añade, la inmigración que atrae una provincia es mayor cuanto más altas son las tasas de actividad y ocupación en ese lugar, y menor cuanto más elevada es la tasa de paro.
Según este estudio todavía preliminar, el factor que parece más relevante para los trabajadores extranjeros a la hora de elegir la provincia donde van a residir por primera vez es la cantidad de inmigrantes que ya viven en ese lugar, mientras que una vez instalados en España las variables laborales cobran más importancia.
Esta mayor propensión a la movilidad de los inmigrantes, sobre todo en los primeros años de residencia en España, podría contribuir, según el estudio, a reducir las diferencias en las tasas de ocupación y desempleo entre municipios y regiones.
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