Los 92 campos de golf existentes en Andalucía generan en la Comunidad 525 millones de euros de ingresos anuales, incluidos los efectos turísticos, según datos de la Confederación de Empresarios de Andalucía (CEA). La patronal indicó que, según sus cálculos, los campos de golf producen en España 2.375 millones de euros al año, de los que 580 millones corresponden a su actividad directa y 1.795 millones son inducidos de manera indirecta. Además, crean un empleo directo en torno a 5.000 trabajadores, cifra a la que debe sumarse los efectos de arrastres en otros subsectores.
Andalucía dispone de 92 campos de golf, lo que supone la cuarta parte de los que existen en España (318), y es la comunidad con mayor oferta a nivel nacional. Un 35 por ciento de los campos andaluces han sido construidos en los últimos diez años, lo que evidencia la pujanza y dinamismo de esta industria en la Comunidad, según la CEA. Otros 47 campos están en proyecto, lo que supondría un incremento del 51 por ciento con respecto a la oferta actual. En este sentido, la Junta ultima un decreto que regulará la autorización de nuevos campos.
Aunque la Costa del Sol va a continuar con su "posición dominante" en cuanto a la oferta de este deporte, la CEA pronostica que provincias como Granada, Almería y Huelva van a tomar "protagonismo", en los próximos años gracias a los nuevos proyectos.
Los períodos de mayor demanda coinciden con la temporada baja del turismo en Andalucía, entre noviembre y marzo, meses en los que los campos de golf del centro y norte de Europa son impracticables por razones climatológicas.
El turista del golf se caracteriza por su alto nivel de gasto diario. Además, permanece casi el doble de tiempo (13,7 días) que el resto de los turistas y se aloja preferentemente en hoteles. Es también un visitante con un nivel cultural alto y potencial cliente del patrimonio histórico andaluz, y, sobre todo, contribuye a romper la estacionalidad.
La demanda potencial del turismo de golf se centra, básicamente, en los jugadores procedentes de los países europeos, con un volumen aproximado de mercado potencial cercano a los cuatro millones de jugadores. Así, se prevé que en el 2020 el número de jugadores llegue a nivel mundial a los 120 millones, duplicando el volumen actual (60 millones).
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