La provincia vallisoletana necesita pastores, cocineros, terapeutas ocupacionales, panaderos, instaladores de tuberías y, así, hasta 19 profesionales que forman parte de un catálogo -elaborado por los servicios de empleo y los sindicatos- en los que se encuentran aquellas ocupaciones demandadas por los empresarios y que cuesta cubrir con ofertas firmes de personas dispuestas o preparadas para desempeñar esa tarea.
En Valladolid -al menos sobre el papel- hay trabajo de sobra para los fontaneros, para los peones y los instaladores de ascensor, pero no hay gente preparada, dispuesta o libre para ejercer estas labores. Son empleos que figuran en el Catálogo de Ocupaciones de Difícil Cobertura, un informe trimestral que mide la temperatura del mercado de trabajo en Valladolid -la última referencia es de este mismo verano- y que sirve, si no se cubren, para ofrecer estos puestos a extranjeros, con contratos cerrados desde su país de origen.
'Este documento presenta un problema y es que hay trabajos que no pasan por los servicios de empleo, sino que se cubren a través de relaciones informales, del boca a boca o por ofertas a través de Internet, por ejemplo', explica Saturnino Fernández, secretario regional de Empleo y Formación de Comisiones Obreras. En cualquier caso, añade, el documento refleja la realidad mejor de lo que lo hacía hace unos años, 'cuando el catálogo estaba demasiado hinchado. Algo que por cierto todavía sucede en Burgos'. Aún así, tanto CC. OO. como UGT reclaman que empleos como el de deportista profesional o entrenador deportivo salgan de este listado, 'porque son casi contratos `a la carta¿ y específicos para los clubes deportivos de elite de la ciudad'.
'El resto son profesiones que se repiten a lo largo de varios meses y en varias convocatorias', explica Nélida Voces, responsable de Política Institucional de UGT Castilla y León. ¿Y por qué se produce esta situación? ¿Por qué hay profesiones que, mes tras mes, siguen sin tener gente dispuesta a desempeñarlas?
'En algunos casos es por falta de formación específica. Lo vemos por ejemplo con los instaladores. Desde hace varios meses el catálogo señala la necesidad que manifiestan los empresarios de contratar a instaladores de tuberías o electricistas. Si esta situación se repite en el tiempo, como está ocurriendo, la Junta debería fomentar los cursos formativos específicos para estas profesiones', comenta Nélida.
En otros casos el problema no es tanto la falta de formación como los escasos atractivos laborales, que empujan a los profesionales hacia otras provincias. 'Es el caso de los cocineros o, por ejemplo, de los panaderos. Aquí la causa está en el convenio del sector, ya que no se reconoce la nocturnidad y muchos prefieren ir a otras provincias, donde se les paga mejor', explican desde UGT. Los terapeutas ocupacionales (que encabezan la lista) suelen buscar salida en campos similares, como el Magisterio, y en otros territorios donde es más fácil encontrar contratos a jornada completa.
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