Los que vuelven son principalmente los emigrantes de primera generación, los que en las décadas de los 50 y 60 se vieron obligados a buscar una oportunidad mejor fuera de España. La nueva Oficina Española del Retorno, en marcha tan sólo desde el pasado mes de abril, se encarga de facilitar el regreso a los que buscan en su tierra un retiro más acompañado, pero también trabaja porque la segunda generación, los hijos de los que se fueron, muchos de los cuales ni siquiera conocen el idioma, encuentren «atractiva» la posibilidad de volver a sus orígenes familiares. Son estos jóvenes, generalmente muy preparados, el objetivo principal de territorios con problemas de despoblación, como es el caso de León.
A través de las consejerías de Trabajo y Asuntos Sociales en el Exterior, el Gobierno español facilita a los españoles residentes en el extranjero toda la información necesaria antes de plantearse dar el salto. «Les informamos de la posibilidad de acceder a una vivienda protegida, de los colegios para los hijos, de las ofertas laborales o de formación, de las ayudas¿», asegura el director de Emigración del Ministerio, Agustín Torres, quien concede que «ahora el objetivo es tardar lo menos posible en responder a los 500 españoles que ya han solicitado información».
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