El sector hostelero está viviendo una temporada bastante complicada en Navarra por la dificultad para encontrar empleados. Si ya resulta complejo hallar a personas dispuestas a trabajar en hostelería, todavía lo es más encontrar a profesionales cualificados. Ante la ausencia de mano de obra preparada, los empresarios están empezando a recurrir a inmigrantes y estudiantes que acceden por primera vez a un empleo. De hecho, alrededor del 65% de los trabajadores del sector son inmigrantes, según la Asociación Navarra de Pequeña Empresa Hostelera (ANAPEH), aunque resulta muy difícil determinar cuántos trabajan sin contrato.
En Navarra no está generalizada la contratación de sin papeles en este sector, ya que la mayoría de trabajadores extranjeros son legales, según ANAPEH. Por su parte, Nacho Calvo, abogado de la Asociación de Empresarios de Hostelería de Navarra (AEHN), reconocía que hace cinco o seis años estaba más extendida la contratación de trabajadores ilegales pero que ahora el sector se ha asentado. Explicaba que el mayor problema aparece cuando "se quiere aumentar la plantilla durante unos pocos meses".
Sin embargo, a pesar de que ningún empresario quiere confesarlo públicamente, algunos hosteleros reconocen que tienen a trabajadores en situación irregular porque no quieren hacer contratos de larga duración y, según indican, los problemas administrativos son muy grandes. Un estudio de la UPNA publicado en 2006 refleja que el 28% de extranjeros y extranjeras trabajan sin contrato en el sector de la hostelería en Navarra. El propietario de un bar en el Casco Viejo de Pamplona admitía que actualmente tenía a una trabajadora sudamericana sin contrato porque le urgía mucho encontrar a una camarera y no le había dado tiempo a preparar los papeles. Este empresario aseguraba que ya había comenzado los trámites para su regularización y que no intentaba ahorrar dinero al no pagar la Seguridad Social de esta empleada, sino que lo había hecho porque no le quedó otro remedio.
Para tramitar la situación administrativa de trabajadores extranjeros es preciso hacerles contratos de un año o indefinidos, lo cual no compensa a los bares y restaurantes que sólo necesitan empleados para un breve periodo de tiempo. En un bar de Iturrama aseguraban que a lo largo del año sólo necesitan tres o cuatro camareros, pero que en verano había que aumentar la plantilla hasta seis para atender la terraza. "Sólo me hacen falta trabajadores para unas semanas. Además, con el tiempo en Pamplona nunca se sabe y no me puedo permitir contratar a una persona para los tres meses si la mayoría de los días sale lloviendo. Sólo están dispuestos a trabajar los inmigrantes y es imposible hacer contratos de un año, así que hay que recurrir a la ilegalidad", indicaban desde este bar.
trabajo duro El trabajo de hostelero es uno de los más duros: los horarios no son agradecidos y es una "profesión infravalorada y de escasa consideración", aseguraba Jesús Arruego, miembro de ANAPEH. Por ello, cada vez menos personas quieren dedicarse a este sector. "Ya no hay vocaciones y se está perdiendo al camarero de toda la vida ", añadía Arruego. "Trabajar en una fábrica es mucho más fácil. En hostelería se trabaja por la noche y los fines de semana, lo cual es muy sacrificado. Además, trabajar cara al público quema mucho. Por eso nadie quiere dedicarse a la hostelería, a pesar de que se gana más que en una fábrica", explicaba Nacho Calvo.
En la actualidad, trabajar en un bar, restaurante u hotel se plantea como algo temporal. "Hasta que se encuentre algo mejor", aseguraba Raúl, un ecuatoriano de 27 años que trabaja de camarero. "Cuando llegué a Pamplona hace tres años busqué trabajo y sólo encontré de camarero. El trabajo no me disgusta, pero no tener tiempo para estar con mi familia y mis amigos me resulta muy duro", confesaba este camarero.
Esta eventualidad característica del sector propicia que haya mucha inexperiencia entre los trabajadores. "Es difícil encontrar profesionales, y que sean cualificados ya es imposible", afirmaba Calvo. Imanol Rodríguez, propietario de la cafetería Txalaparta en Barañáin, aseguraba que "se pierde mucho tiempo enseñando a los nuevos. La mayoría de trabajadores disponibles son inmigrantes que desconocen el sector y muchos no están acostumbrados a la disciplina necesaria. No queda otro remedio que irles formando, pero tiene su dificultad".
Por su parte, Ángel Regeiro, propietario del restaurante Enekorri, reconocía que no tenía problemas para encontrar empleados formados. "La alta hostelería es una pequeña parte del sector y aquí no tenemos tantos problemas para encontrar gente. En el resto, tienen que recurrir a mano de obra no especializada y eso no ayuda a la profesión porque la desprestigia", aseguraba Regeiro.
El perfil de camarero y ayudante de cocina actual es el de una persona joven, inmigrante o estudiante, que "accede por primera vez al mercado laboral y sólo piensa estar de paso", explicaba Arruego. En cambio, el cocinero o encargado de un bar o restaurante "suele ser una persona más mayor y que se parece más al perfil de hostelero de toda la vida ", añadía.
Ante la escasez de personal desde AEHN han realizado varias peticiones para aumentar el contingente de extranjeros en hostelería. "El Gobierno asegura que ya hay suficientes trabajadores, no se da cuenta de las dificultades que existen", manifestaba Nacho Calvo. Con respecto a la inexperiencia del sector, Calvo indicaba que la única opción para solucionar el problema es "formación, formación y formación".
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