Cuando el calor aprieta, como sucede estos días, trabajar puede resultar algo incómodo y agobiante, más aún cuando la ausencia de aire es notable y la humedad ambiental es alta. Esta primera advertencia ha servido al Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales para hacer público un folleto en el que realiza una serie de recomendaciones y previene a los trabajadores sobre los riesgos que pueden suponer determinadas tareas.
Dichas recomendaciones, que se pueden consultar en la web delInstituto Nacional de Seguridad e Higiene en el Trabajo (http://empleo.mtas.es/insht/practice/f_termostres.pdf), insisten en los riesgos para la seguridad y la salud de los trabajadores originados al trabajar en condiciones calurosas, unos riegos que tienen su origen en una acumulación excesiva de calor en el cuerpo que, a partir de los 38 grados es considerada “peligrosa” para la salud y, a partir de los 45 grados puede producir la muerte.
El llamado estrés térmico por calor, tal y como informa el Ministerio, es la carga de calor que los trabajadores reciben y acumulan en su cuerpo resultante de la interacción entre las condiciones ambientales del lugar donde trabajan, la actividad física que realizan y la ropa que llevan. Por lo tanto, no es un efecto patológico que el calor puede producir en los trabajadores, sino la causa de los diversos efectos que se producen cuando se acumula excesivo calor en el cuerpo.
Este estrés térmico genera unos riegos en la salud, de ahí que el exceso de calor corporal puede hacer que aumente la posibilidad de que se produzcan accidentes de trabajo, que se agraven dolencias previas, como enfermedades cardiovasculares, respiratorias, renales, cutáneas, diabetes, etc., y que se produzcan las llamadas "enfermedades relacionadas con el calor", como erupciones cutáneas, calambres, síncope por calor, deshidratación, agotamiento por calor y, el golpe de calor o "insolación", que puede entrañar peligro de muerte.
Otros factores que también intervienen en los riesgos y daños por calor, además del estrés térmico, son el tiempo de exposición y la falta de aclimatación al calor.
La publicación del Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales ofrece además una relación de trabajos donde puede ser peligroso el estrés térmico por calor. Este es el caso de trabajos en sitios cerrados o semicerrados donde el calor y la humedad son elevados, como las fundiciones, acerías, fábricas de ladrillos, de cerámica, de cemento, hornos, panaderías, lavanderías, etc, y en trabajos al aire libre como la construcción y la agricultura.
Las medidas de prevención señaladas en el folleto van dirigidas a empresarios y a trabajadores y son tanto de carácter general como adicionales para trabajos al aire libre en verano y, especialmente, en días de mucho calor, donde se recomienda la utilización de pantalones y camisa de manga larga, así como el uso de sombreros de ala ancha.
Por último, se informa de las actuaciones que se deben llevar a cabo ante las denominadas "olas de calor", es decir las situaciones meteorológicas que duran varios días, y de las obligaciones que impone la legislación laboral respecto a los riesgos que pueda ocasionar el estrés térmico por calor.
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