La eficiencia del sector de las cooperativas de créditos, integrado mayoritariamente por las cajas rurales, ha ido creciendo y el porcentaje de entidades eficientes ha pasado del 23,5 al 27,2 por ciento entre 1995 y 2003, en un enfoque restringido, que ampliado sería del 32,1 al 34,6 por ciento.
No obstante, el 70 por ciento de las 83 cooperativas de crédito de España, integradas en un noventa por ciento por cajas rurales, ha alcanzado alguna vez en el período analizado la frontera de la eficiencia.
Una de las razones de esta situación es la situación laboral de estas cooperativas.
La comunidad valenciana es la que mejor grado de eficiencia presenta en el período analizado, seguida de Andalucía y Cataluña.
Las entidades más eficientes han sido la Caja Rural Intermediterránea, Cajamar, Caja Laboral Popular, Cara Rural de Nueva Carteya, Caja Rural de Fomento, Caja Rural de Casteldans y las rurales de Toledo y de Navarra.
Estos datos se recogen en un estudio sobre el sector de cooperativas de crédito en España elaborado por Luis Jesús Belmonte Ureña, y editado por el Consejo Económico y Social de Andalucía en su colección de premios de investigación.
El estudio sostiene que la dimensión de las cooperativas de créditos no es una variable concluyente o muy significativa para anticipar la eficiencia de las entidades, si bien también detecta que la mayoría de las entidades fusionadas habían ganado en eficiencia tras el proceso.
El estudio vaticina una 'etapa histórica de recomposición del mapa financiero nacional' que pasará por la pérdida de hegemonía de la banca en pro de las cajas de ahorro y de las cooperativas de crédito.
De hecho, en el actual contexto de competencia y descenso de los tipos de interés, las cooperativas de crédito han sido las entidades que más sostenido la caída de los márgenes gracias a la fidelización de su clientela, producto de una marcado posición en el mercado minorista, explica.
Pronostica que el balance y las cuentas de resultados de las cajas rurales se parecerán cada vez más a las de la banca fruto de la necesidad de crecer en otras localidades distintas a las de su nacimiento, incluso a costa de solapar sucursales con otras entidades de crédito ya instaladas y la necesidad de contrarrestar la creciente competitividad en productos bancarios.
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