Los familiares de los nueve operadores de una planta de fabricación de plásticos de la compañía ICL PLastics en Maryhill, un distrito de la ciudad escocesa de Glasgow (Reino Unido), que fallecieron víctimas de una explosión en las instalaciones en mayo de 2004, recibirán indemnizaciones por valor de 400.000 libras (unos 590.000 euros) en concepto de daños a su salud y su seguridad. La sentencia fue impuesta el martes tras una audiencia de dos días celebrada en el Tribunal Superior de Glasgow.
Según recoge la cadena BBC, la tragedia ocurrió después de que las emisiones de gas procedentes del depósito de una chimenea o conducto soterrado de la fábrica se hubiera corroído y explotara en el sótano del edificio.
La multa impuesta a la empresa con esta sentencia 'no ha sido pensada como reparación por las vidas de estos trabajadores perdidas, o las lesiones sufridas en la explosión, pero sí es un paso que reconoce la responsabilidad de la empresa', según señaló uno de los abogado de las familias afectadas al conocer el fallo.
Según dijo, ha sido necesario trabajar mucho para conseguir este apoyo económico, pero su intención es continuar luchando y también proporcionar apoyo a estas personas, según señaló ante ellas, sentadas en la parte posterior de sala de juicios. A ellos se dirigió para recordar que 'el valor de las vidas de los seres queridos perdidos no puede expresarse en términos de dinero'. La Corte oyó el lunes la primera versión oficial detallada del accidente.
CAUSAS DEL ACCIDENTE
Según esta versión oficial mantenida por la compañía, el depósito de gasolina con propano, situado, según ésta, en el exterior del edificio, 'permanecía intacto', pero los expertos están seguros, tras la investigación, de que un escape de gas por el deterioro de éste fue el responsable de la explosión.
Los funcionarios de salud y seguridad que han llevado el caso reconstruyeron el tanque de gas de la fábrica en un esfuerzo por establecer claramente la causa exacta de esta ráfaga que provocó la explosión.
Así, descubrieron que una chimena de uno de los pisos inferiores de la fábrica -instalada en 1969-, y que había sido aislada los años anteriores, fue encontrada sin ninguna protección contra la corrosión en este lugar. La pieza principal de esta chimenea, enterrada en el piso inferior o sótano de la fábrica, se había agrietado, haciendo que el gas se escapase y posteriormente prendiese.
Las familias afectadas expresaron a través de su abogado que la sentencia 'ha traído luz a la investigación técnica tan compleja que se han llevado a cabo en esta Corte y ha proporcionado respuestas significativas a muchas de las preguntas que rodeaban esta tragedia terrible desde hace más de tres años'.
'Los peligros planteados por los conductos y chimeneas enterradas se pueden evitar con un acercamiento sistemáticamente correcto a la gestión de riesgos', señaló en este sentido el responsable de seguridad del gobierno en Escocia, Stewart Campbell, que alertó sobre la especial seguridad a tener en cuenta en áreas o lugares donde puede acumularse gas.
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