Un total de 670 personas detenidas y 33 policías heridos, dos de ellos graves, es el resultado de la protesta nacional de trabajadores realizada el miércoles en Chile, según el balance entregado ayer jueves por las autoridades.
La movilización, convocada por la multisindical Central Unitaria de Trabajadores (CUT) y que obligó a gran parte del país a cesar sus actividades pasado el mediodía, tenía como objetivo reclamar por el "modelo neoliberal" imperante en Chile, por la falta de políticas sociales efectivas contra la pobreza y por lo que los convocantes consideran falta de respaldo del gobierno de Michelle Bachelet.
La policía confirmó desmanes en el transporte y la propiedad pública en varias ciudades y que al menos siete mil hogares quedaron sin electricidad en Santiago debido a los cortes de energía.
En las zonas periféricas de Santiago, donde hay más pobreza, se encendieron barricadas, se realizaron saqueos a algunos comercios y se lanzaron cadenas al tendido eléctrico, además de la consiguiente provocación a la policía que intentó contener los disturbios.
Uno de los policías más graves recibió un balazo en el ojo en la comuna de La Pintana, al sur de Santiago, mientras que el otro fue baleado en una pierna mientras patrullaba en Peñalolén, al este precordillerano de la capital chilena.
En entrevista con Radio Cooperativa, el ministro del Interior, Belisario Velasco, confirmó las cifras, reafirmó que La Moneda presentará querellas contra los responsables de los desmanes y dijo que la protesta fue "una movilización un poco atípica porque no vi una razón clara para manifestarse y tampoco vi un apoyo masivo".
Los comentarios están cerrados.