Galicia ha triplicado el número de contratos de trabajo a inmigrantes en los últimos cuatro años. Además, son más mujeres las extranjeras que llegan a Galicia (50,30 por ciento) frente a los hombres (49,70 por ciento).
Así se revelan en las estadísticas de la Secretaría Xeral de Emigración Inmigración y en el Observatorio Ocupacional de la Consellería de Traballo, que reflejan que en 2006 se contrataron a 63.464 personas procedentes de países extracomunitarios.
La ex concejal de Emigración Inmigración de Santiago de Compostela Teresa Regúlez explicó que los extranjeros que vienen a Galicia y también al resto de España, no lo hacen con la idea de quedarse, ‘sino que quieren venir a trabajar, y así ayudar a salir adelante a su familia en su país de origen y después de un tiempo su deseo es regresar’.
‘Muchas veces, este sueño se cumple, pero también hay ocasiones en las que esto no es posible’, admitió. De todas maneras, quienes vienen a Galicia, según la Secretaría Xeral de Emigración, han hecho aumentar desde 2002 los contratos de trabajo, puesto que en ese año la cifra se situaba entre los 18.533 contratos, un 2.7 por ciento del total de Galicia, y la cantidad del año pasado llegó casi al 7 por ciento, unos 63.464 contratos laborales.
Según esta fuente las principales nacionalidades de los extranjeros que residen en Galicia, son Portugal con unas 20.480 personas; 5.963 de Colombia; Marruecos, con 3.816 residentes en Galicia; Argentina con 3.588 personas; 2.817 de Uruguay; Perú con 2.588; y Rumania con 2.251, entre otros.
Entre las profesiones que suele desempeñar esta población, según el BOE, están la de albañil, cantero, peón de industrias manufactureras, en cuando a los hombres. En la población femenina, las profesiones con mayor número de trabajadoras inmigrantes son Camareras, bármanes, personal de limpieza de oficinas y dependientas.
ASOCIACIONES DE INMIGRANTES EN GALICIA.
Por su parte, la directora de la Casa Latinoamericana en Galicia CLAM, Mari Carmen Fidalgo, atribuyó el aumento del número de inmigrantes a que a partir de finales de 2002 a 2003 se produjo un aumento importante en este tipo de movimiento poblacional en Galicia.
En este sentido, indicó que a partir de esa fecha en Galicia ‘afloraron’ asociaciones de inmigrantes de países mayoritariamente latinoamericanos y también fue a partir de esos años cuando la Ley de Extranjería se ‘endureció’.
Ante esta situación, esta asociación de estudiantes latinoamericanos ha trabajado para lograr guiar a los extranjeros en sus papeles y documentos necesarios para venir a estudiar y además, para poder ‘provocar un cambio real’ dentro de la sociedad.
Por este motivo, la secretaria del CLAM, Gilgleide Kika, afirmó que no sólo hay que realizar modificaciones legales y políticas a la población inmigrante, sino que los 238 socios de la asociación trabajan desde Santiago y también desde sus países -a los cuales la mayoría ya han regresado–, para crear un proyecto que integre a esta población en la sociedad.
RETROCESO.
Precisamente, Teresa Regúlez, uruguaya que vino a España hace más de treinta años afirmó que antes no había discriminación entre trabajadores. ‘Cuando se llegaba, había que buscar trabajo como cualquier otro ciudadano y por tanto el empleado entraba en las reglas del mercado como cualquiera’, relató.
Para ella, en este sentido el Estado Español ha tenido un ‘retroceso’ a nivel de derechos laborales, porque ahora hay muchas categorías de trabajadores y ‘no todos son iguales’.
LA FUSTRACION.
Regúlez alertó que cuando el inmigrante o emigrante retornado llega, encuentra problemas para su integración social. La primera, es la revalidación de su título, ya que hay ocasiones en las que tienen que esperar hasta seis años para la homologación ‘y mientras tanto tienen que trabajar en lo que encuentra y esto llega a crear frustración’.
La ex concejala de Emigración en Santiago atribuye esta situación a que el extranjero siente el ‘síndrome’ de haber dejado su país y que viene a la tierra de sus padres o abuelos, ‘los cuales siempre le dijeron que era la suya, pero cuando llega se encuentra con que no es tan bien recibido como se le decía’. Además, apuntó el hecho de que no puede desarrollarse ‘como persona’ dentro de la formación laboral o académica que tiene ‘y por lo tanto eso crea un problema interno en la persona’.
VAN A LLEGAR MAS INMIGRANTES.
La mediadora intercultural de Galicia Acolle, Eva Cividanes Portela, advirtió de que Galicia todavía tiene que crecer socialmente, puesto que van a seguir llegando más inmigrantes. En todo caso, aseguró que este movimiento poblacional al final se estabilizará, dadas las numerosas trabas administrativas que se ponen y por el cierre de las fronteras.
Además, auguró que la adaptación de los gallegos a estos cambios será ‘progresiva’. Por ello, abogó por que se trabaje en la sensibilización de la sociedad de acogida, ‘puesto que lo más importante es la tolerancia social y la integración de estos nuevos ciudadanos’, defendió.
LA INTEGRACION BIDIRECCIONAL.
Gilgleide Kika advirtió de que la integración es importante, puesto que no sólo se trata de dar al inmigrante un espacio físico, como puede ser una ayuda para conseguir vivienda, sino que esta persona también necesita ser un ‘ente activo’ dentro de una sociedad que está cambiando.
Las personas se deben integrar social, educativa y activamente y, para ello, el CLAM desarrolla el 'Proyecto de Vivienda', dirigido por Nilson Leite. El proyecto va más allá de la búsqueda de un espacio físico, puesto que la vivienda está dentro de la sociedad y por medio de ésta ‘el inmigrante también encuentra una posibilidad ser un ciudadano’.
Así, la integración tiene que ser tanto educativa, sanitaria, laboral y social, que es la más importante, puesto que, tal y como recuerda el CLAM, ‘las sociedades tienen que actuar bidireccionalmente, puesto que el ser humano no es un individuo aislado’.
Por otra parte, Teresa Regúlez afirmó, al igual que el CLAM, que esta integración social no sólo debe ser unilateral –que la realice el inmigrante-sino que la sociedad también tiene que acogerlos.
Para ella una de las medidas que demuestra la ‘necesidad solucionar el problema de la inmigración’ fue la última medida del Gobierno central, al legalizar la situación de más de 700.000 trabajadores extranjeros. Así, esta población obtuvo un ‘contrato real’, un permiso de residencia y unas posibilidades añadidas de integración tanto social como económica dentro del estado.
MAS MUJERES QUE HOMBRES.
En cuanto a que sea mayor el número de mujeres extranjeras que hombres, Eva Cividanes Portela admitió que este cambio es un ‘gran paso’ para las mujeres, puesto que el proceso inmigratorio siempre ha sido ‘mucho más fácil’ para el otro sexo.
En este sentido, la ex concejala de Emigración Inmigración de Santiago de Compostela explicó que las mujeres son un grupo ‘doblemente discriminado’, porque por un lado es inmigrante y por el otro es mujer. Además, indicó que el hecho de que produzca esta modificación en los datos es ‘significativo’, pero pidió a la Administración que debe trabajar ‘todavía más’ para terminar con la discriminación de este colectivo.
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