La ausencia de una jornada laboral estricta puede hacer que los empleados acaben pasando más horas en la empresa de las que tiene asignadas por contrato.
Cogerse vacaciones sin avisar al jefe con semanas de antelación; alargar el fin de semana cuando apetece o salir del trabajo sin haber cumplido con las ocho horas de rigor es posible en algunas multinacionales que tienen claro que sus beneficios no van estrictamente relacionados con el número de horas que sus empleados pasan en la oficina, sino con su eficiencia y con la calidad de su trabajo.
Es el caso de IBM. El gigante de la informática, con un equipo de 355 personas, no opera de forma tradicional. Desde hace ya algunos años, trabajadores de todos los niveles llegan a acuerdos informales con sus jefes inmediatos sobre los días que se cogen fiesta, con la única premisa de que los proyectos en los que trabajan estén acabados a tiempo. Antes de irse, comparten documentos electrónicos sobre los días que estarán fuera de la oficina, señalando también cómo se puede contactar con ellos.
"Es igual que cuando empezabas a ir a la universidad y ya no tenías a profesores persiguiéndote [para que fueras a clase]", explica Mark Hanny, un directivo de IBM, al diario The New York Times.
Sin embargo, no todos consideran que la flexibilidad horaria es un gran logro para la vida laboral. La otra cara de la moneda es menos agradable y responde a la presión de grupo. Hanny y otros empleados, explican que miran frecuentemente su correo electrónico y escuchan su buzón de voz en el móvil mientras están de vacaciones. Incluso, en ocasiones, los jefes a veces piden a sus subordinados que cancelen sus vacaciones para poder cumplir con los objetivos que se ha marcado la empresa.
Un sistema imperfecto
Algunos expertos en recursos humanos explican que cuando la frontera entre el trabajo y el ocio es borrosa puede acabar agobiando a los empleados porque se genera la sensación de que todo el mundo está siempre de guardia. Esa ansiedad puede provocar incluso problemas de salud.
"Si los jefes nunca se toman tiempo libre, la gente será escéptica sobre si ellos pueden tomárselo o no", explica Kim Sattner, de la consultora Hewitt Associates. "Existe el potencial para que se genere un efecto dominó", añade.
Frances Schneider se jubiló el año pasado tras pasar 34 años en la empresa durante los que asegura que hubo algo que nunca cambió: jamás se cogió todos los días de vacaciones que le tocaban por contrato.
Más horas
"No era siete días a la semana, pero debido a esa flexibilidad la gente acababa trabajando más horas sin darse cuenta", dice Schneider. "Aunque tenías esa maravillosa libertad para cogerte los días que quisieras, en realidad no podías. IBM es un lugar de adictos al trabajo", concluye.
Desde IBM se asegura que no se sabe si los empleados tienen más o menos días libres que antes, y que no han estudiado la efectividad de esta política en la productividad de la empresa, aunque señalan que esa flexibilidad es una de las tres razones principales por las que los empleados de la compañía deciden quedarse en ella y no irse a otra.
El vicepresidente de relaciones laborales de la compañía, Richard Chalo, explica que la política empresarial de flexibilidad con las vacaciones no es "una licencia total para que hagan lo que quieran" porque se espera de ellos que produzcan un trabajo de calidad.
Estos cambios en el ámbito laboral de IBM han ido de la mano de la evolución de la compañía, que ha pasado de estar centrada en la ingeniería y la fabricación de componentes informáticos a basar sus beneficios en los servicios de consultoría. En este marco, la noción de ocho horas en un lugar concreto de trabajo ha quedado anticuada.
Según cita el rotativo neoyorkino, el 40% de los trabajadores de IBM no tienen un puesto fijo en la oficina, sino que trabajan desde casa, en la empresa del cliente o en alguno de los cientos de "centros de e-movilidad" que tiene la empresa en todo el mundo, a los que los empleados acuden para utilizar el teléfono, la conexión a internet y otros recursos.
Marcando tendencias
IBM lleva décadas marcando tendencias en el ámbito de los recursos humanos. Aunque esta empresa de servicios informáticos está al frente de esta revolución sobre flexibilidad laboral, otras compañías más pequeñas ya están siguiendo sus pasos.
La cadena de tiendas de electrónica Best Buy ha puesto en marcha un nuevo programa llamado "Ambiente de Trabajo Orientado a los Resultados", según el cual les da la libertad a sus 4.000 empleados corporativos de hacer sus tareas sin que la empresa preste atención al número de horas que dedican.
Motley Fool, una compañía online de consejos financieros, lleva 13 años dejando que sus trabajadores se cojan tantas vacaciones o días libres como necesiten. Según el director de recursos humano, Lee Burbage, la mayoría de sus 180 empleados no se cojen más de tres o cuatro semanas.
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