Millones de usuarios sufrieron ayer martes el caos en el transporte de Londres después de que una huelga de 72 horas de trabajadores de mantenimiento cerrara la mayor parte de la red de metro de la capital británica.
Mientras la huelga entraba en su segundo día, la compañía Transport for London (TfL) dijo que las alteraciones eran "graves e inaceptables", con trenes suspendidos en nueve de las 12 líneas.
Muchos de los tres millones de pasajeros que utilizan la red cada día se vieron obligados a buscar rutas alternativas para ir a trabajar, gran parte de ellos abarrotando los autobuses.
Unos 2.300 empleados de la quebrada empresa Metronet dejaron de trabajar a las seis de la tarde del lunes para protestar por su situación laboral y las pensiones.
Aunque se prevé que el paro finalice a las seis de la tarde del jueves, se espera que el caos se extienda hasta el viernes.
Metronet es responsable de la infraestructura de nueve líneas de Metro mediante un contrato de 30 años entre los servicios públicos y privados.
La empresa se hundió en julio después de que los bancos le negaran acceso a fondos en medio de un sobregasto previsto de 2.000 millones de libras (unos 3.000 millones de euros).
El sindicato ferroviario RMT dice que quiere garantías de que el hundimiento no llevará a pérdidas de empleos o recortes en las pensiones.
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