La Diputación de Vizcaya se encuentra en el disparadero de la prensa vasca por los pobres resultados obtenidos con su programa de integración laboral de las mujeres en la industria. Después de impartir formación específica a mujeres en disciplinas como la reparación de automóviles, muchas de las beneficiarias de este programa denuncian que los empresarios de los talleres a los que se les ha asignado las emplean en labores que nada tienen que ver con sus conocimientos técnicos de automoción. Con esta rotundidad lo explica el diario Gara: "La Diputación de Vizcaya lanzó hace un año el programa 'Emakintza' en medio de un gran despliegue propagandístico. Su objetivo fue integrar a un centenar de mujeres en profesiones tradicionalmente desempeñadas por hombres. Tras una serie de cursillos de formación, las trabajadoras han entrado en la realidad de las empresas y se han dado cuenta de lo que denominan el 'mayor timo social'. Quienes se han formado en soldadura hacen cajas de cartón y quienes eligieron el taller mecánico descargan tablones y troncos, sin descanso. Los empresarios pueden llegar a recibir 18.000 euros por cada uno de esos empleos femeninos, un chollo".
"Nos han formado en un oficio, pero a la mayoría no nos sirve para nada", así se explica una de las mujeres trabajadoras que accedió al programa 'Emakintza' de la Diputación foral de Vizcaya, que es, a juicio de las mismas, 'un timo social', porque han topado con la realidad empresarial. El diputado foral de Empleo, Julio Artetxe (EA), junto a representantes del Gobierno de Lakua y de BBK, presentaron hace un año este proyecto. Julio Artetxe explicó que se trataba de 'romper las paredes de cristal' que separan a hombres y mujeres en los centros de trabajo y dar los pasos hacia la igualdad en el mundo del trabajo.
Durante más de 120 días recibieron formación en diferentes materias técnicas: soldadura, tubos, taller mecánico, carpintería y otras especialidades. La Diputación les entregó 600 euros mensuales a las 107 trabajadoras que están participando en el programa. En mayo, se incorporaron a las 43 empresas de la geografía vizcaina que se inscribieron en el programa foral. En pocos días han contemplado como «el derecho al trabajo, a la libre elección de profesión u oficio, a la promoción a través del trabajo sin discriminación alguna» no son derechos básicos, como anticipaba la Diputación de Bizkaia en el decreto foral, sino adornos de la legislación laboral y social, ya que ni se cumplen ni se hacen cumplir.
Una de las mujeres afectadas reconoce que "hay varias chavalas que hicieron el curso de taller mecánico y se dedican en una empresa descargar tablones y troncos. El lunes y martes están mirando al cielo, y miércoles, jueves y viernes trabajan como desconsoladas". Todas ellas se quejan de lo alejadas que se encuentran las empresas de sus domicilios "salvo cuatro casos contados", lo que les reduce el salario de forma considerable . "No tenemos futuro. No podemos vivir así. Si nos hacen contratos fijos, para el empresario estará muy bien porque recibirá 18.000 euros en total, pero nosotras no podemos vivir". "Las beneficiadas del programa emakintza resultan ser las empresas privadas que inserten a las mujeres".
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