Las últimas oposiciones para maestros celebradas el pasado mes de junio ha dejado muy buen sabor de boca al profesorado interino, que ha obtenido más del 80% de aprobados con plaza en la mayoría de las comunidades autónomas. De forma general, las regiones con mayor porcentaje se corresponden con tasas muy altas de eventualidad en sus respectivos sistemas educativos.
Aragón, Cataluña o Castilla-La Mancha rozan por ejemplo el 90% de aprobados interinos en las últimas oposiciones, mientras que Castilla y León sólo obtiene el 58%, convirtiéndose en la autonomía con menor porcentaje. En situación intermedia, es decir en torno al 80-85%, se sitúan La Rioja, Andalucía, Cantabria o Murcia, entre otras.
Éxito relativo
Con estas cifras parece cumplirse el objetivo de las administraciones de intentar acabar con la precariedad laboral. Se puede pensar en un logro si no es porque algunas autonomías arrastran elevadas tasas de interinidad desde hace años y que no pudieron ser subsanadas en las anteriores convocatorias.
En este sentido, los años de experiencia que acumulan los interinos que han conseguido plaza dicen bastante de la situación laboral de este colectivo en su propia región. En Cantabria, por ejemplo, los interinos que mayoritariamente han aprobado son aquellos que llevaban menos de dos años de experiencia docente. En Aragón, el 53,3% de los profesores que han conseguido plaza estable han sido interinos con cuatro o más años de experiencia. En Andalucía, sin embargo, el 69% de los interinos seleccionados acumulaban más de diez años de antigüedad en el sistema educativo.
La convocatoria de este curso es la primera de las cuatro que establece la transitoria decimosexta de la LOE. De este modo, durante los tres próximos años se seguirán convocando procesos selectivos, uno más para maestros (2009) y dos para Secundaria (2008 y 2010).
Distinta baremación
De entre las novedades que ha incorporado el nuevo sistema cabe destacar que los porcentajes de las distintas fases (oposición y concurso) han cambiado. La fase de oposición representa un 60% de la nota final, en tanto que la de concurso supone el 40% restante.
La utilización de este baremo implantado por la Administración, que beneficia a quienes cuentan con experiencia docente, ha dejado sin puesto fijo a candidatos que han obtenido calificaciones superiores en la oposición. Hace dos años, el concurso valoraba el 33,3% de la calificación final y la oposición, el 66,6%. Sin embargo, Antonio García, portavoz del sindicato de interinos SADI, opina que “hasta ahora las oposiciones estaban viciadas al no servir apenas la fase de concurso”.
El portavoz de SADI critica también la actitud de algunas comunidades autónomas con un número elevado de interinos, que no quisieron ofrecer la posibilidad del sustituir la prueba B2 por el famoso informe. Además, explica que “el informe tampoco está asegurado durante los cuatro años de transitoria por los requisitos que conlleva, como el haber estado trabajando ininterrumpidamente en un mismo centro”.
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