El ministro español de Trabajo, Jesús Caldera, dijo ayer a EFE que España sólo apoyará una política europea sobre flexibilidad y seguridad en el empleo que no disminuya los derechos de los trabajadores.
Caldera participó en una conferencia en Lisboa sobre la llamada "flexiseguridad" laboral, en la que explicó el modelo español y defendió, ante ministros europeos y autoridades comunitarias, la necesidad de que las propuestas de la Comisión Europea (CE) den "mucha más atención al componente seguridad de ese binomio".
El ministro se opuso a un "sistema cerrado de flexiseguridad", abogó por que cada Estado busque su propio modelo y reconoció la importancia de la "flexibilidad" para la competitividad de las empresas, sin dejar de subrayar que "la relación laboral debe proporcionar también seguridad al trabajador".
Un marco europeo sobre la flexiseguridad "sería deseable -dijo Caldera a EFE tras su intervención-, pero ha de quedar claro que España sólo apoyará una política que no suponga disminuir los derechos de los trabajadores".
El ministro hizo énfasis en que la flexiseguridad no supone "apostar sólo por la flexibilidad, sino que es perfectamente compatible con la protección social".
"No significa que haya contratos temporales, tiene que haber contratos estables pero han de ser compatibles con la flexibilidad necesaria para que las empresas se adapten a los cambios que hoy se requieren", agregó.
Caldera señaló que "todo ello no puede inclinarse siempre en perjuicio de los trabajadores y España defiende un modelo de flexiseguridad compatible con la cohesión social".
En su intervención ante la conferencia explicó las acciones del gobierno español en esa materia, como el Acuerdo para la Mejora del Crecimiento y del Empleo, la política de pensiones o las leyes para promover la autonomía personal y la igualdad de sexos, y pidió a la Comisión que tome en cuenta "más indicadores sociales".
Si la flexiseguridad es la respuesta que se quiere dar a las condiciones impuestas por la globalización, manifestó también, "no se pueden dejar fuera de los objetivos a aquellos que van a sufrir en mayor medida los aspectos más negativos que comporta".
"Para que el modelo sea flexible necesitamos garantizar la seguridad de quien tiene un empleo", declaró después el ministro, que destacó cómo se ha conseguido bajar en España la cifra de contratos temporales desde más del 34 por ciento al 31.
"Es un gran resultado y ojalá que en el futuro consigamos rebajarlo hasta las tasas europeas", indicó tras señalar que "el camino no es aumentar tanto la flexibilidad que los trabajadores pierdan derechos, los contratos sean cada vez mas precarios, de menor duración o a tiempo parcial".
La solución, sostuvo, es atender las demandas de las empresas pero mantener unos derechos laborales básicos y "de ese modo se mejora la productividad y se garantiza mejor su futuro, porque los trabajadores tienen mejor formación y además una mejor relación con la empresa".
"Ese es el punto de vista de España y lo que va a defender -dijo Caldera- y espero que la Comisión lo recoja y recoja que la estrategia de crecimiento económico tiene que ser compatible con la profundización de la política social".
"Necesitamos más derechos sociales y esos derechos y esas políticas sociales son compatibles y, además, como está ocurriendo en España, generan empleo", concluyó.
El secretario de Estado portugués de Seguridad Social, Pedro Marques, que resumió la participación de varios expertos y representantes gubernamentales en la conferencia, destacó el modelo español y abogó también por "un modelo más competitivo y al mismo tiempo más solidario en Europa".
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