Nissan Motor Ibérica ha concretado sus propuestas para rebajar un 12% sus costes en tres años y conseguir así la adjudicación de una nueva furgoneta. Entre otros ajustes, la empresa reclama una subida salarial equivalente a la mitad del IPC y sábados de trabajo sin un coste adicional. Después de las vacaciones la empresa ha dejado de renovar 50 contratos temporales y se prevé que en unas semanas haga lo mismo con otro centenar.
En la primera reunión con los sindicatos después del verano, la dirección de la compañía insistió en que el recorte de costes es imprescindible para asegurar la adjudicación de la furgoneta y, por tanto, el mantenimiento del empleo a medio plazo. El plan de inversiones prevé para la planta de Zona Franca unos 400 millones de euros hasta el año 2010.
La empresa también propone aumentar la llamada jornada industrial, desde los 225 días actuales a 252, lo que implicaría una modificación de los calendarios de vacaciones. Además, plantea un ritmo de producción más acelerado, la reducción de algunas pausas programadas y la eliminación de la jornada reducida en verano para el personal de oficina.
Para reducir el absentismo laboral, que se sitúa en el 6,5%, frente al 1,98% de la factoría del grupo japonés en el Reino Unido, se plantea penalizar económicamente las bajas laborales.
En un primer balance, los sindicatos rechazaron el planteamiento de la empresa y anunciaron que pedirán subidas salariales de al menos el IPC. "No podemos aceptar que una empresa que está demostrando que tiene un gran potencial de crecimiento quiera empeorar las condiciones de trabajo", dijeron fuentes de CC. OO. UGT y CC. OO tratarán de consensuar una plataforma conjunta para el convenio.
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