La sustitución del coche por la bicicleta para cubrir el trayecto que se realiza a diario para acudir al trabajo o la combinación de medios de transporte público como el metro con el pedaleo, es la sugerencia que la plataforma cívica BiciCrítica plantea para conmemorar la Semana Europea de la Movilidad 2007.
La entidad se mostró "decepcionada" por la falta de iniciativas en este terreno de este año, al menos en Madrid, dijo uno de sus miembros, Juan Gamba. "Las ciudades se apuntan (a la Semana de la Movilidad) por ser una iniciativa europea, pero el resto del año no se hace nada y este año ni eso, porque no ha habido cortes de tráfico en el centro, ni se ha dejado a las bicis meterse en el metro, simplemente para ver qué pasa", añadió.
En su opinión, la falta de compromiso de los dirigentes de la capital con la cuestión de la movilidad se pone de manifiesto cada vez que se habla de plazos para poner en marcha medidas concretas, lo que contrasta con la política de otras ciudades "más amigables" para la bici como Barcelona, Berlín o Londres. "Nos hablan de plazos de hasta ocho años para implementar medidas, mientras que el alcalde Gallardón ha soterrado en tres años la M-30", ironizó.
Otra de las críticas de la plataforma está dirigida a la visión que de la bicicleta se ofrece, como algo relacionado con el ocio y el tiempo libre y no como un medio de transporte alternativo y eficaz, y la prueba es que la red de carriles y el anillo verde ciclista no conectan con el centro, con lo que "no invitas a la gente a ir al trabajo en bici, sino a dar tres paseos el fin de semana", insistió.
Sin embargo, Gamba defendió la posibilidad de apostar por la bicicleta para desplazarse por los entornos urbanos, mejorando algunos aspectos como la velocidad a la que circulan los vehículos. "Los coches superan los 50 kilómetros por hora, pero si se ralentizasen, el tráfico sería más tranquilo y más seguro para los ciclistas", dijo.
Al mismo tiempo, pidió la ampliación del calendario para poder meter bicis en el metro, que en la actualidad sólo se permiten los festivos y fines de semana. Gamba se mostró convencido de que en determinados horarios, en las horas valle, en las que los vagones no van tan llenos, sería factible introducir bicicletas en los mismos, aunque fuese limitando el número de vehículos por convoy.
Otra forma de vivir la ciudad
Para Gamba, el moverse en bicicleta invita a "vivir la ciudad de otra manera", y tiene algunas ventajas como el no perder tiempo buscando aparcamiento en el centro, ya que la bici puede dejarse en casi cualquier lugar.
Además, aseguró que termina siendo un método "más rápido" de desplazamiento, puesto que el ciclista no se queda atrapado en "una ciudad siempre atascada" como es Madrid. "En la calle Fuencarral, yo avanzo mientras los coches están parados", recordó.
También destacó su comodidad, porque la bici permite pasar delante de una tienda y detenerse delante o entrar a comprar algo, o encontrarse con un amigo por la calle y parar a saludarle, algo que va "más allá de ir encerrado en el coche con nuestra radio y nuestro cabreo personal".
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