El pleno del Senado ha dado luz verde, con los votos en contra del PP, a la ley del régimen disciplinario de la Guardia Civil, que elimina definitivamente el arresto como sanción disciplinaria para los miembros del Instituto Armado, que quedará circunscrito al tiempo de guerra. De esta forma el nuevo texto, que ha superado el penúltimo trámite antes de su aprobación definitiva en el Congreso, sustituirá a la normativa aprobada hace más de quince años.
En su exposición, el ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, hizo hincapié en que se trata de un texto "riguroso y moderno", cuya aprobación, dijo, permitirá dar un nuevo paso en el camino emprendido para modernizar este cuerpo. Entre los aspectos más novedosos, Pérez Rubalcaba resaltó que se elimina definitivamente el arresto como sanción disciplinaria, salvo supuestos en que se lleven a cabo misiones de naturaleza militar.
Destacó que se ha modificado el catálogo de conductas sancionables, al incorporar unas merecedoras de una nueva tipificación expresa -aquellas constitutivas de acoso moral o psicológico, o que atentan contra la libertad sexual- y suprimir otras. También recalcó que se ha reforzado la prohibición de otras que, en su opinión, resultan "incompatibles" con el consumo de drogas, alcohol y otras sustancias tóxicas.
La ley recoge, además, el derecho de asociación de los miembros del instituto armado, pero mantiene la prohibición de que los guardias civiles lleven a cabo acciones de naturaleza sindical o política.
Todos los grupos, salvo el PP, entienden que el nuevo texto supone un avance en la modernización de la Guardia Civil para adecuar este cuerpo de seguridad a la realidad social existente. El portavoz del PP en la Comisión de Interior, Ignacio Cosidó, justificó la negativa de su grupo a apoyar la ley al señalar que no van a respaldar "ni ésta ni ninguna otra que plantee una desmilitarización parcial o encubierta" de la Guardia Civil.
Los comentarios están cerrados.