El paro de media hora convocado para ayer por CCOO, UGT, CSI-CSIF, ELA y CIG entre los 1.500 trabajadores de estructura adscritos a las Inspecciones de Trabajo fue secundado mayoritariamente (en un 90% según los organizadores) en cada uno de los centros que este servicio tiene en las distintas capitales de provincia. El objetivo de la protesta fue conseguir la apertura de negociaciones "adecuadas", en las que no estén presentes representantes de determinados colectivos que inclinan el resultado hacia sus propios intereses.
Los sindicatos añaden que es preciso que el personal de apoyo de la Inspección obtenga mejores condiciones laborales, ampliación de la plantilla, y reparto proporcional de "forma digna y objetiva" del plus de productividad. Advirtieron que, si la Administración hace "oídos sordos" a estas peticiones y el malestar actual se prolonga, los paros se repetirán los jueves de octubre en la misma franja horaria, sin descarta la huelga general.
La protesta se produce precisamente en un momento en el que las cúpulas de CCOO y UGT insisten en que la Inspección necesita aumentar sus recursos humanos y económicos. Mantienen que sin nuevas dotaciones no se podrá frenar la siniestralidad laboral ni conseguir la aplicación de medidas preventivas contra los accidentes, que acaban cada día con la vida de más tres trabajadores.
Reparto discriminatorio
Los trabajadores afectados arrastran sus reclamaciones desde hace años. UGT informa que en octubre de 2006, la Dirección General de la Inspección negoció con asociaciones de inspectores una subida salarial en el concepto de productividad por objetivos de un 30%. Así, los funcionarios que cumplen con la meta establecida reciben 950 euros al mes si son inspectores y 650, si son subinspectores; mientras que cada empleado de estructura cobra sólo 32 euros. En términos generales, los inspectores obtienen un 57% del conjunto del crédito; los subinspectores, un 27%; los directivos, un 11%; y el personal de apoyo, un 5%.
Ante este reparto "discriminatorio", los convocantes de los paros exigen la apertura de negociaciones entre la Administración y los sindicatos representativos de todos los trabajadores. CCOO lamenta que "los responsables de la Inspección no sean conscientes de que todos los empleados participan en el cumplimiento de objetivos y que, sin la colaboración del personal de apoyo, los empleados de la Inspección Activa no podrían alcanzarlos".
Para UGT, la gestión de control y vigilancia no sólo radica en los cuerpos de inspectores y subinspectores. En consecuencia, al igual que el resto de los sindicatos, exige un reparto "más equitativo de la productividad, basado en el principio de progresividad ascendente".
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