El Gobierno conservador francés creará un único contrato de inserción laboral y suprimirá la docena de contratos subvencionados que existen en la actualidad, según anunció ayer el presidente de la República, Nicolas Sarkozy.
Durante un acto público en Dijon, Sarkozy aseguró que ese tipo de contrato único será válido tanto para el sector público como para el privado, aunque no precisó el calendario para su elaboración y puesta en marcha.
Sarkozy se apuntó el tanto de hacer ese anuncio mientras que en el Parlamento su Gobierno y la oposición socialista escenificaron hoy de manera evidente sus profundas diferencias en política económica y dejaron claro que será el 'caballo de batalla' del nuevo curso político.
La Asamblea Nacional celebró ayer la primera sesión de control del Ejecutivo del primer ministro Francois Fillon, centrada casi en exclusiva en la situación económica y la estrategia del Gobierno, lo que permite anticipar que el debate proseguirá en los próximos meses, hasta las elecciones municipales de marzo, en las que los socialistas tienen numerosos feudos que defender.
Por eso dirigentes socialistas dirigieron intervenciones críticas a varios miembros del Gabinete y tanto Fillon como varios ministros del área económica tuvieron que dar explicaciones en un ambiente a veces crispado en la Cámara.
Fillon y los titulares de Economía Christine Lagarde y Presupuestos, Eric Woerth, hicieron hincapié en que la prioridad de su gestión será mejorar el poder adquisitivo de los franceses y que para ello es necesario crear más empleo, gracias a una mayor flexibilidad en el mercado y a medidas como el fomento fiscal de las horas extraordinarias.
Algunas de esas reformas ya han sido aprobadas en los primeros meses de actuación del Gabinete que preside Nicolas Sarkozy, como la de carácter fiscal, con menos cotizaciones y la misión de mejorar el poder adquisitivo.
Diputados socialistas calificaron de injusta la línea que sigue hasta ahora el Gobierno, por entender que favorece a las rentas más altas, y volvieron a agitar la preocupación por la eventual subida del IVA de algunos productos.
El más beligerante en la réplica fue el propio Fillon, quien reprochó a los socialistas que durante sus etapas de poder no hayan hecho nada por relanzar el crecimiento económico ni por evitar que las cotizaciones obligatorias hayan estado entre las más altas de la Unión Europea.
El primer ministro aseguró que serán aprobadas nuevas reformas estructurales durante 2008 y que se mantiene el objetivo de que en 2012 se alcance el equilibrio presupuestario, después de que ningún gobierno haya conseguido presentar en el Parlamento un proyecto así desde mediados de los años 70.
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