El espíritu empresarial de los catalanes ha superado con nota un nuevo examen. El porcentaje de población adulta que ha puesto en marcha su propio negocio ha crecido en un año del 6,8% al 8,6%, lo que sitúa a Catalunya a la cabeza del ranking europeo, según los datos de un estudio presentado ayer por la Generalitat. Una parte de esta mejora se debe al ímpetu empresarial de los inmigrantes, que son el doble de activos que los trabajadores catalanes en la apertura de negocios.
De las 75.000 empresas creadas en Catalunya en el 2006, el 5,6% fueron iniciativa de inmigrantes. En términos del indicador europeo que mide la actividad emprendedora, el 14,6% de los inmigrantes en edad adulta se encuentran en la fase inicial para poner en marcha una compañía. En el caso de la población catalana, el indicador es del 8%.
GANAS DE PROSPERAR
La consellera de Treball, Mar Serna, indicó que el buen resultado de los inmigrantes se debe probablemente a "las ganas de prosperar lejos de su país", y destacó que el perfil mayoritario del nuevo empresario extranjero es el de un hombre. A nivel general, los hombres son el 61% de los emprendedores de Catalunya, con una edad media de 40 años, estudios superiores, una renta mensual de 1.800 euros y que desarrollan su actividad empresarial en una ciudad.
La comunidad autónoma catalana sale bien parada en la clasificación puesto que supera el índice medio de emprendedores de España (el 7,3% de la población adulta) y de Europa (5,5%). España es el cuarto país europeo con nuevos empresarios, únicamente por detrás de Grecia, la República Checa e Irlanda.
A diferencia de otras comunidades y países europeos, la principal motivación para montar una empresa en Catalunya no es la necesidad por la pérdida de empleo, por ejemplo, sino la oportunidad de negocio. El olfato empresarial es el principal argumento para el 86,6% de los que deciden establecerse por su cuenta. Al mismo tiempo, el miedo a fracasar desciende cada vez más.
CONSOLIDACIÓN DEL 5,3%
El futuro que espera a estas nuevas empresas es el de la consolidación para el 5,3% de los empresarios transcurrido un periodo de tres años y medio. El índice de mortalidad empresarial en el último ejercicio ascendió al 1%, lo que supone que 49.000 catalanes cerraron su negocio. Los principales motivos de la desaparición de esas compañías son de tipo personal en el 40% de los casos, seguido de problemas financieros (26%) y una excesiva competencia (11%).
En la comparación europea, Catalunya también logra un buen resultado ya que solo Eslovenia y Holanda registraron un índice más bajo de cierres en el último año.
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