La fortaleza mostrada por la economía andaluza en los últimos doce años, en los que se ha producido un fuerte avance de la producción y el empleo, ha llevado a un descenso del paro hasta mínimos históricos.
Según un informe elaborado por Analistas Económicos de Andalucía sobre la trayectoria seguida por la economía andaluza desde 1995, la cifra de parados se ha reducido a la mitad en este periodo, con un descenso medio anual en torno al 6,5 por ciento, similar a la media española.
La tasa de paro andaluza se situó en el promedio del pasado 2006 en el 12,7 por ciento, frente al 34 por ciento que se registró en 1995.
De este modo, el diferencial con respecto a la tasa de paro española se ha reducido hasta los 4,2 puntos porcentuales, desde los más de diez de mediados de la década de los años 90.
Este periodo ha ido acompañado de un 'intenso despegue del empleo', que se demuestra en que la cifra de ocupados ha crecido desde 1995 a un ritmo anual medio del 5,1 por ciento, casi un punto por encima de la media española, crecimiento favorecido por el aumento de ocupados en la construcción y los servicios.
También ha sido relevante el avance del empleo entre las mujeres, ya que, a excepción del año 1998, éste ha crecido a un ritmo superior al del empleo entre los hombres, hasta alcanzar actualmente en torno a un 37,5 por ciento del empleo total en Andalucía, frente al 31 por ciento de mediados de los años 90.
El crecimiento y desarrollo económico que ha experimentado Andalucía en los últimos doce años ha permitido avanzar en el proceso de convergencia con la economía española y la Unión Europea, apunta el documento.
No obstante, en términos de Producto Interior Bruto (PIB) per cápita persisten los diferenciales respecto a ambos promedios, y la comunidad andaluza representa algo menos del 80 por ciento de la media española y europea.
Analistas Económicos señala en su informe que este avance económico ha influido en 'uno de los cambios sociales más destacables' de los últimos años, como ha sido el aumento de la población procedente del extranjero, así como de otras comunidades autónomas, y ha pasado de ser una región emisora de población a ser receptora.
Desde mediados de los 90, la construcción ha sido el sector que ha mostrado un mayor avance, hasta convertirse en el segundo en importancia en cuanto a aportación al Valor Añadido Bruto (VAB), y en detrimento de la industria, mientras que el sector servicios continúa siendo el principal motor de la economía andaluza.
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