Cuatro empleados de un hospital de Sudáfrica murieron cuando un compañero suyo, que acababa de ser despedido, les disparó a quemarropa.
Los fallecidos trabajaban en el hospital de Seshego, en el norte del país, y eran el vicedirector, el jefe de personal y un administrativo.
"El hombre había sido despedido y tenía en sus manos la comunicación de su despido", declaró el superintendente Motlafela Mojapelo.
"Se fue del hospital pero regresó más tarde, diciendo a los guardias de seguridad que había sido llamado para que viniese a buscar algo", explicó.
Mientras era escoltado a la zona de la administración, logró reducir a uno de los agentes y le quitó su pistola, disparando seguidamente a sus compañeros.
Un portavoz del departamento provincial de sanidad afirmó que el hombre, que trabajaba como conductor, fue despedido tras haberse visto involucrado en un accidente, que ocurrió después de que robase el vehículo del hospital.
"Robó un coche de la empresa. Atropelló y mató a un peatón y huyó", explicó el portavoz Phuti Seloba.
"Fue buscado; fue suspendido y hallado culpable", al venir a recoger su carta de despido fue cuando disparó contra sus cuatro compañeros".
Sudáfrica tiene uno de los porcentajes más altos del mundo en crímenes, con unos 50 asesinatos al día.
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