Casi el 60% de las empresas familiares españolas no tiene preparada la sucesión en la propiedad de la compañía, mientras que ocho de cada diez firmas tampoco cuentan con mecanismos de resolución de conflictos entre los miembros de la familia.
Así consta en el estudio "La Empresa Familiar en España 2007", elaborado por PriceWaterHouseCoopers y que hoy se presenta en el décimo Congreso Nacional de la Empresa Familiar, que se celebra hasta el martes en Palma y al que asistirán el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, el líder de la oposición, Mariano Rajoy, y el ex vicepresidente de Estados Unidos Al Gore.
Según los datos de esta consultora, las empresas familiares suponen el 60% del Producto Interior Bruto español y el 70% del empleo.
El informe señala que un 51% de las empresas consultadas no dispone de protocolo familiar escrito, que les permitiría regular el buen gobierno de la compañía, y sólo el 40% cuenta con pactos entre los accionistas o la familia para resolver puntos muertos en la compañía.
Del porcentaje de empresas que tiene preparada la sucesión de la propiedad -un 40%-, el 60% ya ha dispuesto que dicha propiedad pase a la siguiente generación familiar.
Además, la mayoría -el 56%- considera que dispone de activos suficientes para repartir entre sus herederos.
Pese a que no todas las compañías preparan con tiempo la sucesión en la propiedad, sí lo hacen en la sucesión de la dirección, que ha planeado el 70% de las empresas.
Además, el 55% se plantearía la contratación de un miembro ajeno a la familia como sucesor en la alta dirección.
Pese a todo, la principal causa de conflicto en este tipo de empresas es la decisión sobre qué miembro de la familia puede trabajar en ella, a la que aluden el 48,6% de las compañías encuestadas, seguida de las discusiones sobre la futura estrategia empresarial, problema que reconocen el 47,3% de las compañías.
También existe un importante vacío en la planificación del protagonismo y participación de los miembros de la familia.
Así, un 68,42% de los encuestados reconoce que no hay acuerdos de gestión que permiten a los miembros jóvenes alcanzar su madurez; un 73,08% admite que no ha establecido mecanismos que garanticen la posición financiera de los familiares directos del miembro de la familia que haya fallecido o haya quedado incapacitado.
Tampoco existen acuerdos -en un 74,4% de los casos- que posibiliten la compra de las acciones del miembro de la familia fallecido o incapacitado.
El informe, por otra parte, señala que el control de los costes y la gestión de la liquidez son las dos principales prioridades financieras de las empresas familiares españolas, o al menos así lo aseguran el 78% de las consultadas.
Además, un 55% de las empresas se ha planteado separar los activos inmobiliarios del negocio, mientras que el 36% está dispuesta a dividir la compañía por ramas de actividad.
En el 47,44% de los casos, los equipos directivos de las empresas familiares los componen entre una y cuatro personas, y hay el mismo porcentaje de compañías con equipos de cuatro a ocho personas.
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