La mayoría de los trabajadores de la comunidad tienen que hacer malabarismos para compatibilizar su jornada laboral con su vida familiar. En Madrid, sólo 300.000 personas tienen en sus empresas planes de conciliación, lo que representa el 10% de los tres millones de ciudadanos que están ocupados en la región, según cálculos de UGT.
Del resto, más de 1,7 millones de empleados (el 58% del total) tienen reflejados en sus convenios colectivos "alguna medida puntual para adecuar las jornadas laborales a las familiares", según Isabel Navarro, secretaria de empleo de UGT. El otro millón restante de personas ocupadas en la región no tienen ninguna medida extra, aparte de las que contempla el Estatuto de los Trabajadores.
Los actuales planes de conciliación de las empresas se empezaron a implantar en la región hace tres años, aunque algunas empresas empezaron con iniciativas puntuales en el año 2000. Estos planes tienen paquetes de medidas que implantarán a largo plazo, entre otras, la jornada reducida o el horario flexible.
Aunque desde UGT señalan que "cada vez hay más empresarios que toman conciencia", la evolución es muy lenta: en los últimos cinco años el incremento de compañías que optan por ser flexibles sólo ha crecido un 8%.
Banca y telefonía
La jornada reducida, los horarios flexibles que permitan ir a buscar a los niños al colegio y la ampliación de los permisos de maternidad/paternidad son las medidas más aplicadas en el mercado laboral madrileño. No obstante, tanto CC OO como UGT las consideran "insuficientes" comparándolas con otras comunidades autónomas. "Madrid está por debajo de Cataluña y Andalucía en número de guarderías y centros de día para mayores", denuncia Navarro. Respecto a Europa, "estamos a la cola, incluso de países de reciente incorporación a la UE".
Por sectores, el de telecomunicaciones es el que más concilia; sobre todo empresas de telefonía, tecnología e informática. Le sigue la banca y los seguros. A la cola está la industria, donde "los turnos hacen que sea muy difícil que los empleados puedan conciliar", concluye Navarro.
Las mujeres son las que mayoritariamente se acogen a las medidas de conciliación porque "tradicionalmente siempre es a ellas a las que se les adjudican las tareas del hogar", destaca Navarro. Los principales inconvenientes con los que se encuentran los trabajadores a la hora de conciliar son: las jornadas de trabajo partidas, el tiempo que se tarda en llegar al puesto de trabajo desde casa o las largas comidas, que las hacen «incompatibles con los horarios familiares».
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