Todos los operarios que la multinacional alemana Mercedes Benz emplea en Vitoria, más de 3.200 -incluidos los 420 empleados de oficinas y los 2.800 de la cadena de producción-, no tienen que acudir hoy a trabajar. Ni hoy, ni mañana, ni el viernes, ni el sábado. La dirección ha comunicado a la plantilla que la falta de suministros de la factoría de Barcelona (con nueve jornadas de huelga en contra del cierre) ha provocado una segunda suspensión de la producción en Vitoria hasta el lunes, cuando se reanudará el ensamblaje de 460 vehículos al día.
A las 1.600 furgonetas Vito y monovolúmenes Viano que dejaron de producirse la semana pasada con cuatro días de inactividad se sumarán otros 1.600 vehículos que tampoco serán entregados debido a esta segunda suspensión forzosa de cuatro jornadas. Hasta el momento, los trabajadores son enviados a casa siete días, recordando que el convenio recoge un máximo de 18 días al año en respuesta a la flexibilidad.
Y sin olvidar la incertidumbre de no saber qué sucederá la próxima semana, cuando la huelga en Barcelona se prolongará otros dos días. Además, el presidente del comité en la capital alavesa, José Antonio Moreno (UGT), informó de que la empresa había previsto la contratación de 160 operarios en estos meses de fin de año pero "quedan en suspenso". La multinacional asume la imposibilidad de cumplir el objetivo de cerrar 2007 con una cifra récord en Vitoria de 105.000 vehículos. La empresa obligará a los trabajadores de la capital alavesa a recuperar los días que suspenda la producción, con cargo al calendario de 2008 "activando sábados y días extraordinarios de montaje porque este año ya no queda tiempo", señaló Iñaki Anda de LAB.
Ante esta situación, el comité de Mercedes ha acudido al juzgado de lo social de Vitoria para demandar a la dirección por el uso "indebido" que la compañía está haciendo de la flexibilidad que recoge el convenio "para paliar los efectos de una huelga en Barcelona que la propia empresa ha provocado".
extinción de los 424 contratos Según el convenio, la plantilla pone a disposición de la firma un máximo de 18 días que se pueden desactivar por una bajada en la producción debido a la falta de suministros de un proveedor. En opinión de la parte social, en esta ocasión la causa de que no lleguen los suelos de chapa para ensamblar furgonetas no se debe a un proveedor.
Para los sindicatos, la fábrica de Barcelona "no es un simple proveedor de Mercedes ya que pertenece al grupo". Según las centrales, Mercedes ha enviado a los operarios de la capital alavesa a casa "por su nefasta gestión, lo que ha provocado el desabastecimiento".
Por su parte, el responsable de UGT en el metal de Barcelona, Francisco Maldonado, anunció ayer que la dirección ha presentado un expediente de regulación de empleo (ERE) ante la Generalitat para la extinción de los 424 contratos de Barcelona. Según el presidente del comité en Vitoria, José Antonio Moreno, la empresa ha señalado en un escrito que "ha decidido poner fin a la vía amistosa" para obligar a negociar el cierre y el traslado de Barcelona que el comité no ha querido hasta el momento.
Mercedes anunció el 5 de octubre la externalización de la producción a tres empresas, una de ellas Estampaciones Sabadell creando una sociedad con el traslado de 258 trabajadores. El resto accedería a un plan de jubilaciones anticipadas, a trasladarse a Vitoria o a la contratación en dos firmas auxiliares. El comité exige que si Mercedes quiere finalizar su actividad "toda la plantilla debe salir con las condiciones del grupo".
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