La marca del óvalo azul y el sindicato United Auto Workers (UAW) reiniciaron ayer las conversaciones para la firma del convenio colectivo que regirá las relaciones laborales de la empresa con sus trabajadores durante los próximos cuatro años.
Dos de los Tres Grandes de Detroit llegaron a varios acuerdos con sus trabajadores que suponen una revolución para el sector del automóvil en Estados Unidos y ahora sólo queda Ford para cerrar el círculo.
La marca del óvalo azul y el sindicato United Auto Workers (UAW) reiniciaron ayer las conversaciones para la firma del convenio colectivo que regirá las relaciones laborales de la empresa con sus trabajadores durante los próximos cuatro años.
A finales de septiembre, UAW llegó a un acuerdo con General Motors por el que el sindicato aceptó una serie de concesiones ante la penosa situación financiera de la compañía, que en el 2005 y el 2006 perdió más de US$12.000 millones.
Entre las medidas acordadas destaca que UAW se hará cargo de la gestión del fondo que proporcionará prestaciones sanitarias a centenares de miles de pensionistas de General Motors, medida que saca fuera de las cuentas del fabricante decenas de miles de millones de dólares de responsabilidades futuras.
Además, UAW aceptó que los salarios que GM pagará a sus nuevos empleados sean la mitad de las cifras actuales.
Casi un mes después, Chrysler y UAW llegaron a un acuerdo similar, aunque los trabajadores de la empresa que ahora gestiona el fondo privado Cerberus aceptaron a regañadientes el convenio por que no ofrece garantías de futuro más allá de 2011.
Estas y otras medidas permitirán que General Motors y Chrysler recorten las diferencias competitivas que mantienen con los fabricantes asiáticos con plantas de montaje en Estados Unidos y cuyos trabajadores no están afiliados a UAW.
Pero estos acuerdos no fueron alcanzados antes de que los trabajadores se declarasen en huelga, aunque en el caso de Chrysler sólo duró unas horas.
Ahora Ford anunció que quiere más concesiones de parte de sus trabajadores que las alcanzadas por General Motors y Chrysler. Ford perdió el año pasado US$12.600 millones y, a diferencia de General Motors, sus ventas en Estados Unidos no han mejorado un ápice en el 2007.
Entre las nuevas exigencias de Ford estaría la eliminación de hasta 10.000 puestos de trabajo que se sumarían a los 27.000 ya acordados durante el verano.
En total, el plan de reestructuración de Ford calcula en 44.000 los puestos de trabajo que tendrán que ser eliminados en los próximos años para volver a la rentabilidad.
A cambio, la dirección de Ford ofreció mantener abiertas seis de las 16 factorías que en un principio dijo que cerraría en los próximos meses como parte de su plan de reestructuración.
Ford identificó a los negociadores de UAW -que representan algo más de 58.000 empleados de Ford- las seis plantas que considera no competitivas en la actualidad, pero que podrían mantenerse abiertas si los trabajadores aceptan una serie de concesiones.
El martes, el presidente de UAW, Ron Gettelfinger, se unió a las negociaciones con los representantes de Ford lo que es interpretado como una señal de que las negociaciones están llegando a su punto final y están transcurriendo sin demasiadas complicaciones.
Varios medios de comunicación de Detroit señalaron ayer que un acuerdo sobre la gestión de las prestaciones sanitarias, similar al alcanzado con GM y Chrysler, está prácticamente terminado a falta de algunos detalles sobre su financiación.
Por su parte, UAW quiere que Ford se comprometa a mantener la producción de vehículos en las plantas estadounidenses, más allá del periodo de cuatro años que cubrirá el convenio colectivo, similar a lo acordado por General Motors.
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