La Organización Internacional del Trabajo (OIT) reunió en Lisboa durante tres días a gobernantes, representantes de la sociedad civil, trabajadores y empleadores para debatir sobre la importancia del trabajo decente para lograr que la globalización sea "más justa e integradora", además de compatible con la sostenibilidad económica, social y ambiental y con el objetivo de generar una plataforma para forjar un nuevo movimiento que promueva esas premisas.
Durante estas jornadas, el director general de la OIT, Juan Somavia, afirmó que él ve "el surgimiento de un movimiento práctico" porque "la gente no está buscando retórica, ellos esperan resultados".
Ante un foro de 300 interlocutores de gobiernos, trabajadores y empleadores, así como parlamentarios, miembros de la sociedad civil, dirigentes políticos y líderes de opinión, Somavia destacó la necesidad de "conectar las agendas de desarrollo sostenible en todas sus dimensiones para construir una globalización justa".
En su opinión, las consecuencias de la crisis 'subprime', sean estas cuales sean, debe servir "para resaltar la urgencia de actuar en conjunto para construir una globalización justa basada en el trabajo decente".
Esta postura fue compartida por el primer ministro de Portugal y presidente en ejercicio de la UE, José Sócrates. En su intervención planteó que "el trabajo decente es la mejor garantía, y la más poderosa y sostenible, para lograr el desarrollo económico y la cohesión social en todo el mundo". Por ello, dijo, "veo en el Programa de Trabajo Decente un potencial de movilización e integración para Europa".
Para lograr esa globalización más justa, argumentó el director general de la OIT, hay que considerar el desarrollo como un proceso que debe ir más allá de la reducción de la pobreza y generar una base social para el mundo que "debe ser más que una red de seguridad". Tiene que ser, dijo, "una base sólida para que mujeres y hombres puedan ascender por una escalera de oportunidades".
Pero, "no se puede apoyar la escalera en una red, se requiere una base, una base social sólida que integre la inversión social con las oportunidades de mercado para ampliar la movilidad social generada por trabajos de mayor calidad", matizó Somavia.
El responsable recordó que "los Objetivos de Desarrollo del Milenio, tienen que ser un punto de partido y no la meta del desarrollo" ya que "a medida que avanzamos, debemos conectar todas las dimensiones de la agenda del desarrollo sostenible con el objetivo de construir una globalización más justa".
GANACIAS SÍ, PERO SOSTENIBLES
Somavia afirmó que "las empresas sobreviven mediante la obtención de ganancias en un ambiente propicio para las inversiones, pero no pueden hacerlo en forma sostenible si no están operando en un medio en el cual se respete el estado de derecho, se promueva la equidad social, y se conserven los recursos naturales", añadió.
En el encuentro se abordaron temas como los retos que implican el desarrollo de las calificaciones, la integración de las economías informales en la economía formal, la migración por razones laborales, la ampliación de la protección social, la superación de las desventajas y la discriminación, o los medios para mejorar la coherencia de las políticas entre las organizaciones internacionales.
Los asistentes también debatieron sobre la necesidad de lograr una globalización que sea justa, ofrezca mayores oportunidades, reduzca las desigualdades y responda a las demandas de las personas que esperan tener acceso al trabajo decente.
La OIT recuerda que aunque las soluciones deben tener en cuenta las especificidades de cada país "hay principios y temas comunes que pueden orientar el accionar de todos los países, como el respeto a las normas laborales fundamentales, la expansión de la cobertura de la seguridad social, la necesidad de contar con un marco para administrar las migraciones de trabajadores, el reto de la educación y la formación y la mejora en la transición".
Además del director general de la OIT y del presidente Sócrates, en el Foro también intervinieron el secretario general designado de la Asociación de Naciones del Sudeste de Asia (ASEAN), Surin Pitsuwan, el presidente del Consejo de Administración de la OIT, Jayatilleka, el vicepresidente empleador del Consejo de Administración, Daniel Funes de Rioja, el vicepresidente trabajador, Sir Roy Trotman, y el ministro del Trabajo y de Solidaridad Social de Portugal, José Antonio Vieira Da Silva, entre otros.
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