Algunos líderes sindicales brasileños, como sus patrones, se movilizan en helicópteros y aviones, tienen lujosas casas de campo y emplean a sus parientes, según un informe divulgado por el diario O Globo.
Esa vida de alto nivel es posible gracias a que la legislación brasileña establece que todos los trabajadores tienen que contribuir con un día de salario al año para el sustento de los sindicatos, explica el diario de Río de Janeiro.
Una comisión de la Cámara de Diputados aprobó el mes pasado una enmienda para extinguir esa fuente de recursos de los sindicatos, lo que provocó un intenso y hasta violento cabildeo de sindicalistas en el Congreso, algunos de los cuales llegaron a amenazar a los parlamentarios favorables de la enmienda.
El actual presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, así como varios de sus ministros y colaboradores surgieron en la política como líderes sindicales cuando se unieron para crear en 1980 el hoy oficialista Partido de los Trabajadores (PT).
En los últimos veinte años los dirigentes del PT y de la Central Única de los Trabajadores (CUT), la mayor central sindical brasileña y aliada de Lula, defendieron el fin de la ley que obliga a los trabajadores a ceder un día de sus salarios para sustentar sindicatos que muchas veces ni conocen.
En la época alegaban que la norma tan sólo promovía el surgimiento de miles de sindicatos inoperantes y de personas interesadas en apropiarse de esos recursos.
En las últimas semanas, sin embargo, tanto el PT como la CUT defendieron la legislación y alegaron que el fin de ese impuesto amenaza la supervivencia de los sindicatos.
'El impuesto sindical obligatorio sustenta comodidades y un estilo de vida lujoso de dirigentes sindicales que circulan en coches blindados, helicópteros y hasta aviones particulares', según el informe divulgado hoy por O Globo.
De acuerdo con el diario, que citó varios casos, dirigentes de hasta sindicatos de trabajadores mal remunerados, como panaderos y obreros, viven en barrios lujosos y tienen cómodas casas de campo.
El periódico también cita el caso de un sindicalista en Río de Janeiro que montó una empresa de transporte aéreo para ejecutivos y de dirigentes que contratan sus parientes para trabajar en los sindicatos sostenidos por los trabajadores.
'Los sindicatos sin democracia interna son los más propensos al mal uso del dinero del impuesto sindical, ya que no hay alternancia de poder y las investigaciones internas raramente avanzan', según O Globo.
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