Agentes de la Policía Nacional desarticularon una red de falsificación de documentos, compuesta por un grupo de trece brasileños, que pretendían incorporar a cientos de compatriotas al mercado laboral español. La red, con sede en Valencia, contaba con una infraestructura que se extendía a otras cinco provincias españolas. El cabecilla de la operación, Rodrigo M.P., de 27 años y residente en Valencia, había establecido el centro de operaciones en su propio domicilio.
El detenido ultimaba la compra de una impresora de última generación, cuyo coste asciende a 7.000 euros, para confeccionar documentos falsos, cuya puesta en circulación hubiese permitido introducir en el circuito laboral y económico permisos de residencia de gran calidad.
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