El recién elegido presidente del sindicato metalúrgico alemán IG Metall, Berthold Huber, exigió ayer el respeto de la semana laboral de 35 horas vigentes en el sector, en la segunda jornada del congreso sindical en Leipzig (este de Alemania).
"La jornada real de trabajo no deja de aumentar", criticó Huber ante periodistas; "hay que estabilizar la semana laboral", prosiguió y abogó por mayor flexibilidad por parte de las empresas.
Huber, al frente de la mayor sectorial del país -con 2,3 millones de afiliados- desde este martes, criticó también con dureza el retraso de la edad de jubilación a los 67 años.
En su discurso, el líder del metal reiteró que la aplicación de la semana laboral de 35 horas es "una piedra angular para llevar una vida laboral más humana", fruto de una larga batalla sindical, que debe ser reconquistada día a día, añadió.
Recordó que la realidad es bien distinta, ya que el tiempo de trabajo real asciende a 39,9 horas semanales, y que debería respetarse, sobre todo en las cadenas de montaje.
Y con respecto a la edad de jubilación, el jefe sindical, que fue elegido el martes con el 92,6% de los votos, abogó por soluciones más flexibles.
"Tenemos que dejar marchar a los mayores cuando no pueden más", dijo el líder de IG Metall, para quien "la jubilación a los 67 años es un callejón sin salida en materia social".
Huber anunció que tanto su sindicato como la patronal quieren entablar negociaciones sobre un nuevo modelo laboral.
Cerca de 500 delegados sindicales deliberarán hasta el sábado en Leipzig sobre el rumbo del sindicato en los próximos años en su asamblea anual que mañana recibirá la visita de la canciller Angela Merkel.
Huber fue designado el martes sucesor del tradicionalista Jürgen Peters -que el pasado mes de septiembre anunció que no se presentaría a la reelección- al frente del mayor sindicato de Alemania.
Los comentarios están cerrados.