Ataques a la libertad sindical, horarios de trabajo abusivos, subcontratación y presiones para alargar la jornada sin la correspondiente contraprestación salarial son algunas de las denuncias contra distintas empresas españolas instaladas en Iberoamérica realizadas ayer en la Escuela Julián Besteiro por representantes de diversos sindicatos suramericanos, UGT y UNI-América.
Con el título de «Multinacionales Españolas en América Latina: «Luces y sombras» en la responsabililidad social empresarial», la Agencia Española de Cooperación Internacional, UGT y catorce sindicatos de diversos países, además de los sindicatos mundiales UNI e ICEM, han realizado durante los últimos tres años un análisis de varias multinacionales españolas en América, que fue presentado ayer.
Defensa de los derechos
BBVA, Telefónica, Endesa, y Repsol son las empresas objeto del estudio, realizado con «el objetivo de defender la libertad sindical, la negociación colectiva y los derechos laborales y sociales», según las conclusiones dadas a conocer ayer. BBVA acumula el mayor número de reproches, ya que, según el documento, sus «políticas de recursos humanos y relaciones laborales son, en general, discriminatorias, excluyentes y carentes del más mínimo respeto hacia los distintos grupos de empleados».
«Jornada gratuita»
Tras acusar a la entidad de estar empobreciendo las condiciones laborales en vez de mejorarlas, las conclusiones imputan al banco conductas como «presión generalizada en pro de la extensión de jornada gratuita por el olvido sistemático del reconocimiento de las horas extraordinarias y por tanto de su estipendio», acoso laboral a los mayores de 50 años y despidos injustificados, entre otras acusaciones.
Sobre Telefónica en Colombia, el documento aplaude la existencia de un Acuerdo Marco Global firmado entre UNI, UGT, CC.OO. y la compañía, pero reprocha a la operadora marginación de las organizaciones sindicales, «política anti-sindical que viene siendo aplicada por los mismos directivos que ordenaron la liquidación, en el año 2003, de Telecom». El cierre de esa empresa, recuerda el estudio, provocó cerca de 6.000 despidos. Además, recoge la negativa de la empresa a negociar, después de cuatro años, con los trabajadores de una compañía de la que es accionista mayoritario y el despido de un dirigente sindical miembro de la comisión negociadora.
Contratos-basura
Respecto a Repsol en Perú, las acusaciones se refieren a la contratación de «trabajadores de confianza», incentivando la desafiliación sindical. El horario de trabajo es origen de otra de las críticas, ya que «especialmente es denunciable el trabajo a turno para trabajadores con más de 35 años de servicios y mayores de 60 años, como estaba convenido antes de la administración de Repsol». Finalmente, se reprocha a la compañía española que se subcontraten «tareas y servicios con empresas, cubriendo puestos de trabajo que son de plantilla con condiciones laborales precarias o «contratos basura», además de denegar el accdeso a cursos de formación a los trabajadores de mayor edad.
A Endesa se le reprocha ser una de las que más recurre a la externalización de trabajos propios. «En los estudios realizados en todos los países vemos que el número de empleos tercerizados (externalizados) supera ampliamente a la plantilla propia», según las conclusiones del análisis.
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