La tasa de trabajo infantil en Costa Rica disminuyó a 8,7 por ciento este año, mientras que el año pasado alcanzaba un 10,9 por ciento, informó el jueves la Unicef en un comunicado de prensa.
Los datos fueron presentados en el marco del encuentro internacional "Programas de transferencias monetarias condicionadas y su impacto en la prevención y eliminación del trabajo infantil desde un enfoque de derechos", que se celebra en San José.
Según diversos estudios, las transferencias económicas condicionadas para que las familias mantengan a sus hijos en el sistema educativo ayudan a reducir la cantidad de niños y jóvenes que acuden cada año al mercado laboral.
En Costa Rica, por ejemplo, desde el año pasado se puso en práctica el programa "Avancemos", que otorga ayudas de aproximadamente 100 dólares a las familias pobres, con la condición de que mantengan a sus hijos adolescentes en el colegio.
La representante regional de Unicef Marcela Massnatta comentó que uno de los objetivos de estos programas de transferencias es "desarrollar y expandir el camino hacia el efectivo cumplimiento de los derechos de la niñez y la adolescencia".
"Es importante que los proyectos reconozcan la importancia de las acciones dirigidas para abordar el tema de los derechos de los niños y adolescentes, reconociéndolos como portadores de derechos y no solo receptores pasivos de beneficios y asistencia", agregó.
La actividad contó con la presencia del representante del Programa Internacional para la Erradicación del Trabajo Infantil en Ginebra, Suiza, Hamid Tabatabai y con expertos de los Programas de Transferencias Monetarias Condicionadas de América Latina.
Los expertos latinoamericanos del ámbito técnico y político que asistieron al encuentro llegaron desde Chile, Colombia, Argentina, Bolivia, Panamá, El Salvador, Honduras, República Dominicana, Paraguay, Ecuador, Perú, Brasil y México.
El ministro de Vivienda de Costa Rica, Fernando Zumbado, comentó que estos programas son "homólogos al programa Avancemos" y que esperan para el próximo año cubrir a "130.000 adolescentes y jóvenes", meta que estaba prevista para el 2010.
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