Antes de final de año tiene que haber dado fin al traslado de todos sus empleados a la nueva sede central que ha construido en el madrileño barrio de Las Tablas. Este es el objetivo que Telefónica se ha propuesto y para lograrlo sólo falta que se "muden" 1.000 de los 12.000 trabajadores que tiene.
Así se culminaría el proyecto en el que la empresa comenzó a trabajar hace ahora unos diez años: unir a todos sus trabajadores en un gran complejo y desprenderse de la cantidad de inmuebles que tenía dispersos por todo Madrid. De todos ellos, la histórica sede de la calle Gran Vía es uno de los pocos que aún permanece bajo su propiedad.
El conocido como "Distrito C" ocupa una superficie total de 400.000 metros cuadrados y tiene capacidad para albergar a 14.000 personas y 4.700 plazas de aparcamiento. Proyectado por el arquitecto Rafael de La-Hoz, cuenta con 17 edificios repartidos en cuatro grupos de tres. Una enorme marquesina, de más de un kilómetro de longitud y 56,2 metros de ancho recorre la cubierta de todos los edificios a excepción de las torres y los bloques auxiliares, lo que le da unidad al complejo.
La idea de Telefónica con la puesta en marcha de este proyecto es crear una "nueva cultura de trabajo" ya implantada en otros países europeos. A saber, aplicar el concepto de arquitectura "sostenible" donde espacios y tecnología están a disposición de todos los empleados. La nueva forma de trabajar está basada en unas relaciones "más transparentes" y "horizontales", donde la función y el perfil profesional adquieren más relevancia que la categoría laboral.
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