Los datos del Observatorio de Riesgos Psicosociales de UGT ponen de manifiesto que el 33 por ciento de los empleados públicos sufre ‘burnout’ o el llamado síndrome del trabajador quemado y el 47 por ciento se siente insatisfecho y comienza a desmotivarse.
Además, el 68 por ciento afirma tener una alta carga mental; el 24 por ciento corre riesgo alto de padecer un problema por no tener definido su rol y existir deficiencias en el trabajo, a lo que se une que el 48 por ciento tiene riesgos de caer en una enfermedad, debido a que las relaciones en el trabajo son insatisfactorias, no recibe el apoyo de los compañeros, no se puede comunicar con su superior directamente e incluso observa discriminación en el trabajo por condiciones de sexo o raza.
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