Las inmigrantes que llegan a Estados Unidos desde Colombia, Cuba y la República Dominicana son las que reciben los peores salarios, según un informe que publica esta semana el Banco Mundial.
El organismo atribuye esta situación al poco dominio del inglés que tienen las emigrantes de estos países y las compara con las que vienen de otros países en desarrollo como Jamaica, Sudáfrica y la India, que ya hablan el idioma.
Agrega, además, que las mujeres educadas en Estados Unidos tienen mejores ingresos que las que fueron educadas en sus países de origen.
Estas conclusiones aparecen publicadas en el informe "La migración internacional de las mujeres", elaborado por profesionales del Banco Mundial
Casi la mitad
El organismo calcula que cerca de la mitad de las personas que abandonan sus países para buscar trabajo en otro lugar son mujeres.
"La proporción de mujeres que emigran en busca de empleo, antes que por motivos familiares, se ha incrementado con el tiempo", explicó Maurice Schiff, economista jefe del Grupo de Investigaciones sobre el Desarrollo del Banco Mundial.
Y agrega que "los resultados que logran en sus países de acogida varían considerablemente según su país de origen".
De hecho, las emigrantes que logran mejores sueldos son las que salen de Irlanda, Australia y el Reino Unido, países con altos niveles educativos y en los que la lengua dominante es el inglés.
Más caro para ellas
La mayoría de las mujeres que emigran hacia Estados Unidos son mexicanas. Sin embargo, el estudio señala que lo que implica el cruce fronterizo desalienta a muchas.
Las organizaciones clandestinas que trasladan a los emigrantes de un lado a otro le cobran mucho más a las mujeres que a los hombres.
Además, ellas están expuestas a abusos sexuales y otros tipos de maltrato, lo cual hace mucho más difícil para una mujer considerar esa opción.
Sin embargo, "la evidencia recogida en las zonas rurales de México demuestra que su migración (la de las mujeres) tienen efectos económicos positivos para los hogares que dejan atrás", afirma Andrew Morrison, jefe del grupo de Género en el Banco Mundial.
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