El contingente actuará en Galicia, si hay escasez de mano de obra, y permitirá más eficiencia en la internacionalización.
Más allá de las polémicas sobre el futuro del sector conservero y su previsible expansión internacional hacia Asia, la patronal gallega sigue dando pasos por adelantado para facilitar la imparable mundialización de su producción industrial, que esta misma semana fue objeto de debate con la Xunta de Galicia. El próximo movimiento será crear una bolsa de operarios especializados y preparados para trabajar en cualquier parte del mundo donde se requiera su presencia.
Desde hace ya varios meses, la Asociación Nacional de Fabricantes de Conservas (Anfaco) está formando trabajadores de industrias transformadoras de productos del mar en distintos países donde las compañías gallegas ya están presentes. El objetivo es llegar a contar con un contingente laboral suficiente como para paliar una eventual falta de mano de obra en cualquier lugar del planeta y en todos los puntos de la cadena productiva.
La experiencia arrancó en Perú, con grupos de 25 trabajadores, y se ha extendido a lo largo del último año a Ecuador y Guatemala, en Iberoamérica, y a los países africanos de Angola, Marruecos, Mauritania y Mozambique.
Allí donde haya plantas productivas de cuño gallego continuará esta línea de acción. La medida pretende cubrir necesidades que los empresarios consideran básicas. Parte de este contingente podría ser utilizado en las factorías gallegas en momentos de grandes picos de producción y falta de mano de obra. El sector también pretende anticiparse al futuro y prever una posible caída del mercado laboral en Galicia por jubilación de los actuales trabajadores y falta de sustitutos en el mercado local.
Esta despensa laboral internacional actuará como un paracaídas de seguridad para el aterrizaje de la industria conservera en nuevos países, incluidos los asiáticos, donde no siempre se localiza mano de obra especializada en todos segmentos de la empresa.
La mitad de los diez grandes grupos empresariales, que generan más del 80% de la producción española, tienen plantas de transformación y envasado en Latinoamérica, Francia, Italia, el Reino Unido, Grecia y África. Si en Galicia generan en la actualidad un tejido laboral de algo más de 12.000 empleos, en todo el mundo la cifra vuela por encima de los 20.000.
Las bolsas de formación se realizan mediante cursos de una duración que oscila entre los quince días y un mes y abarcan desde operaciones de I+D, hasta técnicas básicas o limpieza de pescado. La iniciativa cuenta con el apoyo de la Xunta de Galicia o la Agencia Exterior de Cooperación Internacional.
Por razones estratégicas, la capacitación se está extendiendo igualmente a sectores de la pesca afines a las industrias conserveras. Fuentes de la patronal aseguran que este tipo de actuaciones no solo sirven para amortiguar las consecuencias de una falta de mano de obra esporádica. También contribuyen a mejorar la relación con los países en los que existe una inversión industrial, o a ser más operativos y eficientes donde ya existen plantas productivas.
El plan estratégico de la conserva elaborado por la Xunta, que se extenderá desde el 2008 al 2013 y contará con una dotación presupuestaria de 150 millones de euros, ya contemplaba el apoyo a este tipo de acciones como complemento a la formación profesional del sector.
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