Según el CES, la renta de los agricultores descendió en toda España un 14 por ciento desde 2005, y ha ido acompañada de un significativo descenso del empleo y del número de explotaciones. Subraya, además, que el aumento de la remuneración media por asalariado en el sector agrario ha sido muy inferior al del conjunto de la economía. Aunque las ayudas europeas han constituido una partida clave para sostener la renta agraria, el montante global de las subvenciones ha comenzado a reducirse, desde que se desvincularon de la producción en 2005, al igual que su peso en la renta agraria.
Para mejorar la rentabilidad de las explotaciones, se incide en la necesidad de que se incrementen las ayudas directas que pueden dar los estados miembros de la UE sin autorización expresa de las autoridades de Bruselas.
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