Un año después de que el colectivo de bomberos de los parques comarcales desconvocaran la huelga indefinida ante un acuerdo que, si bien no era del todo satisfactorio, sí abría una vía de negociación con el consorcio provincial que encabeza la Diputación, las mejoras anunciadas apenas se han hecho realidad y los 28 trabajadores -18 fijos y 10 interinos- vuelven a la carga en sus reivindicaciones económicas y de seguridad y de calidad del servicio de extinción de incendios.
Los bomberos hicieron coincidir ayer esta nueva protesta con las pruebas físicas para confeccionar una bolsa de trabajo para cubrir incidencias en los cuatro parques de la provincia: El Puente, Tábara, San Vitero y Bermillo. Mientras los aspirantes corrían por la pista del pabellón verde de la Ciudad Deportiva, en las gradas los trabajadores desplegaban pancartas con la plataforma de reivindicaciones y en las que podía leerse 'Pruebas para la bolsa de los parques de la vergüenza. La Diputación y el consorcio seleccionan bomberos de segunda categoría'.
La homologación de la jornada anual y la adaptación de retribuciones, conforme a la Ley de la Función Pública de Castilla y León, y unas condiciones dignas de trabajo resumen las exigencias laborales de este colectivo. En la actualidad, los bomberos de los parques comarcales hacen turnos seguidos de 48 horas e incluso de 72, lo que contraviene la ley de forma evidente, ya que la jornada anual de trabajo se excede en más de setecientas horas, e impide además la formación, como explicó Gabriel Sánchez, portavoz del colectivo. La plantilla solicita la adaptación del sistema al utilizado en Zamora capital y en el resto de las ciudades de la comunidad, que consiste en que cada grupo de trabajo cubra 24 horas seguidas, con cuatro días de descanso después.
Asimismo, piden una dotación mínima de tres bomberos por turno, ya que ahora las guardias se cubren con dos únicos efectivos, lo que impide garantizar un servicio adecuado en el caso de que surja un incendio y, por ejemplo, coincida con algún accidente de tráfico. 'Si salen los dos bomberos a cubrir una emergencia, en el parque no queda nadie, por lo que ni tan siquiera hay posibilidad de llamar para pedir refuerzos', indicó Jerónimo Cantuche, responsable de la Federación de Servicios Públicos de UGT.
La equiparación salarial con los bomberos de Zamora es otra de las reivindicaciones. En la actualidad, los trabajadores de los parques comarcales cobran al mes alrededor de trescientos euros menos que los de la capital, según explicó Gabriel Sánchez. 'Pedimos que nos equiparen a la media de Castilla y León, o al menos al salario de los bomberos de Zamora'.
Precariedad
Desde el inicio del conflicto laboral, los bomberos han venido insistiendo en que sus protestas no están motivadas tanto en reivindicaciones económicas como de seguridad y de calidad del servicio de extinción de incendios. Aunque el consorcio sí ha cumplido el compromiso de dotación de nuevos vehículos para sustituir otros de hasta 26 años de antigüedad, como en el caso de El Puente de Sanabria, se mantiene la precariedad de infraestructuras.
Según denunció Cantuche, 'los casetos de obra o naves ganaderas que tienen por parque incumplen la Ley de Prevención de Riesgos Laborales y no reúnen las mínimas condiciones de salubridad exigibles en espacios donde tienen que cohabitar grupos de personas durante muchas horas'.
Como ejemplo de esta precariedad, los trabajadores ponen el 'caseto' con el que el consorcio ha solucionado el problema del parque de Bermillo o las condiciones del parque de El Puente de Sanabria, con dificultades de accesibilidad. Situado en una estrecha calle, sacar el camión de la nave y dar la vuelta para bajar por la calle y enfilar la carretera exige una complicada maniobra marcha atrás. En Tábara, los propios bomberos han asumido las reformas en la nave que comparten con el Ayuntamiento, y en San Vitero el parque está ubicado en dependencias del recinto ferial de la localidad.
Interlocutor no válido
Aunque desde septiembre se ha abierto una mesa de negociación con el consorcio provincial, el colectivo considera que su responsable, el diputado Antonio Iglesias, no es un interlocutor válido. 'Iglesias ha mostrado buena voluntad, pero aquí se necesita una decisión política y él tiene las manos atadas, porque las contraofertas que presenta no tienen validez si hay una orden en contra de la asamblea del consorcio o del propio presidente (Fernando Martínez Maíllo). Es éste quien tiene que mover ficha: o se pone al frente o da las atribuciones al diputado para que pueda negociar en serio', afirmó Cantuche, que instó al consorcio liderado por la institución provincial a definir 'el modelo que quiere para este servicio'.
El presidente de la institución provincial remitió ayer cualquier pronunciamiento sobre el conflicto laboral de los bomberos rurales al consorcio, aunque se mostró abierto al diálogo con los trabajadores. Los más de cien aspirantes a la bolsa de trabajo para el nombramiento de funcionarios en régimen interino con la categoría de bombero-conductor fueron ayer testigos involuntarios del conflicto laboral que desde hace meses enfrenta a la plantilla de los parques comarcales y a la Diputación.
Las pruebas de aptitud física consistieron en subir a brazo por una cuerda lisa de seis metros en un tiempo máximo de 20 segundos, levantamiento de peso en banca de 40 kilogramos en medio minuto, una carrera de agilidad-velocidad en un circuito en forma de ocho delimitado por cinco postes, y otra de resistencia muscular. Los aspirantes tuvieron que superar también una prueba de equilibrio y nadar 50 metros en estilo libre en un tiempo máximo de 50 segundos. El temario de la prueba teórica incluye química del fuego, herramientas hidráulicas y el transporte del mercancías peligrosas por carretera, entre otros aspectos.
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