Los ministros de Interior y Trabajo comunitarios coincidieron ayer en que la UE afronta una escasez de mano de obra en algunos sectores, pero varios países encabezados por Alemania se mostraron contrarios a una 'tarjeta azul' europea para promover la inmigración de trabajadores más cualificados.
La reunión inédita de titulares de Interior y Trabajo constató que en Europa 'actualmente hay penuria de mano de obra' en varios sectores económicos y tipos de cualificaciones, por lo que la inmigración puede ser algo positivo 'si se controla bien',declaró el comisario de Empleo, Vladimir Spidla, tras la reunión. Los ministros debatieron las últimas propuestas de la Comisión Europea para promover la inmigración legal y combatir la ilegal, a fin de dar más coherencia a la política migratoria, teniendo en cuenta la situación del mercado laboral.
Alemania, Austria, Holanda y la República Checa recalcaron que la inmigración legal es una competencia nacional y mostraron su recelo a que la UE entre en ese terreno, indicaron fuentes comunitarias tras la reunión. El ministro alemán de Trabajo, Olaf Scholz, resaltó que en su país hay 3,5 millones de parados, por lo que las empresas pueden encontrar trabajadores dentro de sus propias fronteras. Por ello, el comisario europeo de Justicia y Seguridad, Franco Frattini, se esforzó en intentar calmar las reticencias, al insistir en que la propuesta no intenta fijar cuántos inmigrantes debe ser admitidos en cada país. 'Hay un amplio consenso sobre la importancia de atraer a trabajadores cualificados', afirmó. Frattini recalcó que no cree que Alemania se oponga al principio de que, si se estima que los inmigrantes altamente cualificados son necesarios en algún país, las normas comunes europeas sean también necesarias.
Por ello, dijo que seguirá trabajando en este asunto 'hasta que no haya objeciones' entre los países de la UE, e insistió en que la 'tarjeta azul' no significa que Bruselas vaya a establecer la cantidad de ingenieros que entran en suelo alemán o austríaco. La propuesta de la Comisión incluye también crear una 'ventanilla única' para que los recién llegados puedan solicitar de una sola vez un permiso de residencia y trabajo válido para toda la UE.
El comisario señaló que muchos países mostraron la preocupación de no provocar una 'fuga de cerebros' de países en desarrollo y, en este sentido, España sostuvo que en EEUU hay más médicos originarios de Níger que en su propio país, indicaron las fuentes comunitarias. Frattini dijo que la 'fuga de cerebros' puede controlarse a través del retorno de los inmigrantes, un mejor uso de la remesas que envían a sus países y un 'código de conducta ética' en la contratación de personas cualificadas.
España y los demás países del sur de Europa afectados por el problema insistieron también en dar prioridad a la lucha contra la inmigración ilegal. Italia, por su parte, avanzó la posibilidad de lanzar un proceso de regularización de inmigrantes irregulares, mientras que Francia pidió la apertura de contratación en los sectores 'bajo tensión' del mercado laboral. Spidla recalcó durante el Consejo de Ministros que 'estamos afrontando una escasez de mano de obra', añadieron las fuentes.
Algunos de los países que han entrado en la UE desde 2004, especialmente República Checa y Bulgaria, insistieron en que para cubrir esas necesidades laborales se de prioridad a los propios ciudadanos comunitarios, levantando las restricciones medidas que algunos países mantienen a los trabajadores de los nuevos Estados miembros.
En la reunión se obtuvo un consenso 'claro' en torno a las propuestas de la Comisión Europea para luchar contra el trabajo ilegal de inmigrantes irregulares, agregó el comisario Spidla.
Entre esas medidas figuran aumentar las inspecciones y endurecer las sanciones a las empresas que contraten a inmigrantes ilegales, llegando a medidas penales en casos muy graves.
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