Una quincena de representantes españolas de instituciones públicas, asociaciones y federaciones empresariales inició ayer en Beijing una visita de tres días dirigida a fomentar el diálogo en materia de políticas de género entre España y China.
La delegación llega al país asiático como parte de la propuesta lanzada por la vicepresidenta María Teresa Fernández de la Vega, que en su viaje oficial a China, en abril pasado, defendió la puesta en marcha de nuevos canales de colaboración entre los dos países.
Entre las visitantes se incluyen, entre otras, la secretaria general de Políticas de Igualdad del Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales, Soledad Murillo de la Vega, la presidenta de la Comisión Mujeres y Deporte del Comité Olímpico Español, Soledad Casado, la presidenta de FADEMUR (Federación de Asociaciones de Mujeres Rurales), Teresa López, o la presidenta de honor de la Fundación Internacional de la Mujer Emprendedora, Anna Mercade. Se echó en falta, sin embargo, la anunciada visita de una de las "estrellas" de la representación, la ex ministra y actual presidenta de la Comisión Mixta de Derechos de la Mujer y de Igualdad de Oportunidades en el Congreso, Carmen Alborch.
En este primer día de entrevistas, las españolas visitaron la "Escuela de Mujeres Rurales", un proyecto piloto puesto en marcha en las afueras de Beijing hace algo menos de diez años con fondos gubernamentales y donaciones nacionales y extranjeras y con el que se ofrecen a mujeres llegadas de las regiones más deprimidas del país los rudimentos de algunos oficios, mensajes básicos para aumentar su conciencia de mujeres y ciudadanas o incluso "clases de liderazgo", con formación de cuadros a nivel local.
"Nuestra idea es que no te damos una fruta para que te la comas, sino que te ofrecemos una semilla para que la plantes y recojas después los frutos", afirmó la directora de la escuela, Luo Zhaohong, una shanghainesa cuyo contacto con el campo, según reconoció, llegó en los sesenta de la mano de la Revolución Cultural y de los desplazamientos masivos forzados de jóvenes urbanitas a las áreas rurales.
"España y China tiene en común el haber experimentado grandes cambios en los últimos 30 años, y también comparten su consideración del ámbito rural como un ámbito origen de riqueza", declaró por su parte Soledad Murillo, que insistió en la importancia de capacitar a mujeres líderes para convertirlas en modelos en sus comunidades y le propuso a la directora de la escuela ofrecerle, traducidos al chino, textos con las experiencias llevadas a cabo en España.
"Estamos poniendo en marcha cooperativas que parten de los pueblos y están transformándolos. Si algo hemos aprendido es que la formación es fundamental, y que si queremos que nuestros países se desarrollen tenemos que modernizar nuestros campos", resaltó por su parte la presidenta de FADEMUR, Teresa López.
Las representantes españolas, que también visitaron ayer un grupo empresarial compuesto en un 75% por mujeres (también en su junta directiva), así como un centro de menores de la capital, tienen previsto para mañana un encuentro con representantes de la Federación de Mujeres China, así como con Gu Xiulian, vicepresidenta del Comité Permanente de la Asamblea Popular China.
Para el martes están programada las visitas al Centro de Asistencia Jurídica para Mujeres de la Universidad de Beijing, el Instituto de la Mujer y una presentación de ponencias, para intentar establecer líneas de trabajo conjunto, en el Instituto Cervantes.
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