De los 767.000 nuevos puestos de trabajo creados en España en 2006, 450.000 fueron ocupados por inmigrantes, lo que implica que sólo el 42,2% de los nativos pudieron cubrir el nuevo empleo y el 58,8 por ciento restante se habría quedado sin cubrir a no ser por la inmigración.
Así se desprende del Anuario 'La Inmigración en España en 2006', presentado ayer por los presidentes del Consejo Superior de Cámaras de Comercio, Javier Gómez-Navarro y de la Fundación CIDOB, Narcis Serra y el catedrático de Sociología Joaquín Arango.
Según este informe, la media del año pasado situó la proporción de inmigrantes ocupados en el 14,9 por ciento, una cifra 'insólita', en especial si se la compara con el 6 por ciento registrado en 2001, o incluso el 13,1 por ciento de 2005.
El estudio pone de manifiesto la incapacidad de la oferta española para atender el crecimiento del mercado de trabajo en España y augura que el mercado laboral continuará necesitando la inmigración en proporciones muy elevadas para mantener el aparato productivo.
Durante su intervención, Gómez Navarro, recordó que en los dos últimos años, España ha recibido el 40 por ciento de los inmigrantes llegados a la Unión Europea y subrayó que en la próxima legislatura será muy importante cómo debe ser gestionada la inmigración, que en su opinión debe ser acometida con una visión empresarial.
Hizo referencia al sector de la construcción -en el que trabajaban 311.281 inmigrantes en enero de 2006) donde, en su opinión se va a generar un 'paro importante' y dijo que 'hay que asumir' que deberán reconvertir su empleo y el sector en el que trabajan y darles formación.
El informe señala que la población potencialmente activa española ha experimentado en 2006 una 'profunda acentuación de sus rasgos más negativos', con una importante reducción de efectivos de 16 a 34 años (133.400 personas menos), la estabilidad de los de 35 a 50 años, y una notable alza de los de 50 a 64 años.
Con respecto a la evolución de los afiliados extranjeros a la Seguridad Social tras el proceso de regularización en 2005 de casi 580.000 personas, el anuario indica que supuso el afloramiento de una importante volumen de economía sumergida, a la vez que las cuentas de la Seguridad Social se vieron notablemente mejoradas.
Con la regularización, el sector con mayor crecimiento de extranjeros en alta de la Seguridad Social fue el del servicio doméstico, pero un año después los sectores que seguían creciendo fueron especialmente la construcción, seguido de la hostelería y el comercio.
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