Nissan Motor Ibérica sólo está dispuesta a garantizar por escrito una plantilla fija de 3.500 personas en Barcelona, frente a las 4.100 que tiene en la actualidad.
El temor a que se produzcan 600 despidos ha bloqueado las negociaciones del convenio, que han quedado suspendidas esta semana sin fecha prevista para una nueva reunión, según explicaron fuentes del comité de empresa.
El convenio es una pieza esencial del plan de la compañía para reducir sus costes en un 12%. A cambio de mayor flexibilidad y de un aumento de los días de trabajo, la dirección está dispuesta a asumir dos compromisos firmes: una plantilla mínima de 3.500 trabajadores fijos y una producción de al menos 150.000 unidades. "Son objetivos mínimos, podrá haber más plantilla y más producción si somos capaces de ser más competitivos y conseguimos más producción", dijeron fuentes de la empresa. "Nadie ha planteado que sobren 600 personas", añadieron.
"No es razonable pactar un recorte de costes sin garantías de empleo y de inversiones, porque en el 2008 nos podemos encontrar con un expediente de regulación", dijo Pedro Ayón, de USOC-Sigen. La inquietud de los sindicatos se ha visto acrecentada con la decisión de desplazar a Marruecos la producción de la pequeña furgoneta a la que aspiraba la planta de la Zona Franca. Nissan acaba de convertir en fijos a 550 eventuales, pero no por iniciativa propia, sino a requerimiento de la Inspección de Trabajo.
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