Un Juzgado de Oviedo ha desestimado la demanda laboral presentada por cuatro administrativas del Colegio de Ingenieros Técnicos de Minas contra este organismo. Como consecuencia, la magistrada exculpa totalmente a los tres directivos procesados, entre ellos el ex decano Ramón Villa García. Su sentencia, publicada el pasado día 4, es demoledora y rebate, una a una, todas las pretensiones de las trabajadoras.
La juez que vio el caso concluye, entre otros extremos, que no existió acoso, que las trabajadoras no fueron capaces de concretar hechos o comportamientos atentatorios contra su dignidad y que las tres cartas que aportaron con quejas de colegiados, haciendo referencia al supuesto acoso, parecen recoger las quejas de las propias trabajadoras.
«Prudente», a la espera de un fallo definitivo en caso de recurso, Villa mostró ayer su «satisfacción» por el contenido de una sentencia que, según precisa, «deja claro que ninguno de los hechos genéricamente imputados puede ser calificado como acoso laboral, porque carecen de la relevancia y la gravedad exigida jurisprudencialmente». En referencia a las trabajadoras, el ex decano indicó que «no se puede permitir que nadie ponga en tela de juicio las decisiones de los órganos del colegio, y menos alguien cuya única misión es la de trabajar bien y con lealtad, guardando el secreto y la confidencialidad exigible al personal».
Villa espera que hoy, en la junta general, «se ofrezca cumplida información de este asunto y se exijan explicaciones a quienes intoxicaron, confundieron y mintieron». A este respecto, se pregunta: «¿En qué situación quedan quienes alentaron esta demanda? ¿Quién va a responder del daño infringido al colegio?», lamentando que se haya «vilipendiado a personas que ocupamos y ocupan cargos, llegando a meterse con mi familia, cuando todo es una gran mentira».
Los comentarios están cerrados.