El presidente del Partido Socialdemócrata Alemán (SPD), Kurt Beck, que hizo ayer balance del último año como socio minoritario en el gobierno de coalición, destacó los logros de su partido en política laboral, y demandó el salario mínimo también para el empleo temporal, dando por zanjada la crisis de su partido.
De cara a las próximas elecciones regionales y pese a tener el viento de las encuestas en contra, Beck quiso sellar el giro a la izquierda de su partido y explicó que después de que el parlamento aprobara introducir un salario mínimo en Correos, su objetivo ahora es 'conseguir lo mismo para el empleo temporal'.
Beck, reelegido hace dos meses presidente del SPD en un congreso de partido por abrumadora mayoría, no quiso hablar de las encuestas que, desde que comparte el poder en el seno de la gran coalición, le conceden cotas de popularidad cada vez menores en beneficio del partido que dirige la canciller Angela Merkel.
En la línea de Beck, el ministro de Trabajo, y también socialdemócrata Olaf Scholz, provocó hoy un pequeño terremoto, al demandar el salario mínimo para todos los sectores laborales.
En un país en el que éste sólo existe en algunos sectores como la construcción, y en el que la aprobación por ley de un ingreso mínimo en Correos erosionó durante meses las filas socialdemócratas, Beck defendió 'la necesidad de un salario mínimo' en aras del lema socialdemócrata, 'mismo salario para el mismo trabajo'.
Sobre todo ahí donde 'no llegan convenios colectivos, como en el Este (de Alemania)', explicó Beck, en Berlín.
Rechazó por el contrario el 'minisalario' de 4,5 euros por hora que propone el experto económico Bert Rürup, que Beck calificó de 'error capital', ya que se traduciría en una competición internacional por el salario más bajo, y no evitaría el 'ser pobre a pesar de tener trabajo'.
Beck defendió el salario mínimo para evitar 'la espiral hacia abajo', despertando las críticas del socio de coalición, concretamente del ministro de Trabajo, Michael Glos, que en una carta abierta reiteró sus temores acerca de 'la pérdida de puestos de trabajo' que acarrearía esta medida.
De hecho, el convenio colectivo para todos los carteros y empleados de los servicios de reparto de correos, aprobado por el parlamento alemán (Bundestag) el pasado viernes, que establece una franja salarial de entre los 8 y los 9,8 euros por hora, y entrará en vigor el 1 de enero, ya ha supuesto el anuncio de PIN, la competidora más directa de Correos estatales, de que tendrá que prescindir de parte de su plantilla.
La introducción de un salario mínimo había sido el caballo de batalla de Franz Müntefering, quien dimitió hace tres semanas por motivos familiares como vicecanciller y ministro de Trabajo.
Con el congreso del partido, en el que selló las diferencias con Müntefering, Beck se prepara para los comicios regionales en Hesse, Baja Sajonia y más tarde Hamburgo, que tendrán lugar en 2008.
Por otro lado, y preguntado sobre el futuro estatuto de Kosovo, Beck comparó la situación -'con más interrogantes que respuestas'- a la de 'el gobierno español con los vascos', ya que se trata de un proceso de negociaciones complicado, 'que no ha terminado' y que implica a Serbia, Bosnia-Herzegovina, y muchas 'valoraciones posteriores'.
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