El 82% de las mujeres árabes palestinas que viven en Israel no trabajan por deficiencias estructurales como la falta de transporte público y la ausencia de guarderías, además de la "triple discriminación" que sufren por motivos de género, de religión y de ubicación geográfica, según las conclusiones preliminares de una investigación elaborada por la Organización de Mujeres contra la Violencia de Género en la región.
Según explicó en Nazaret su responsable, Aida Touma, durante una reunión con la Plataforma de Mujeres Artistas Contra la Violencia de Género –ONG española capitaneada por la cantante Cristina del Valle que se encuentra estos días en Israel–, mientras la sociedad internacional tiende a atribuir la escasa población activa entre las palestinas a una cuestión de "tradición", lo cierto es que "sus abuelas, antes de 1948, cuando se creó el Estado israelí, trabajaban en el campo" por lo que "el no trabajar no es una cuestión cultural".
De hecho, prosiguió Touma, "el 40% de las mujeres con titulación universitaria no trabaja, y eso que no hay universidades cerca de nuestros territorios, por lo que quienes quieren estudiar, o se mudan a otra ciudad o recorren trayectos de dos horas cada día.
Las que van a la Universidad están superando cualquier tradición y sin embargo, tampoco encuentran trabajo", aseveró.
El estudio, que se presentará la próxima semana, constata que "las mujeres palestinas en Israel no trabajan porque la mayor parte de los pueblos árabes en el país no dispone de transporte público, lo que se hace imprescindible un coche para desplazarse, y eso no puede conseguirse sin tener primero un trabajo".
Asimismo, la organización denuncia que estas poblaciones sólo cuentan con el 2% del total de guarderías públicas del Estado, cuando su población equivale al 20% del total de Israel y tiene unos índices de natalidad "mucho más altos".
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