El presidente de la Generalitat ha fijado durante el parón navideño las diferentes prioridades del Ejecutivo autonómico para el año 2008. Dada la desfavorable coyuntura en la que el jefe del Consell debe trazar el diseño de la estrategia, al contrario que en años precedentes deberá armar una efectiva política económica que minimice los efectos de ralentización generado por el gigante estadounidense.
La alta inflación, la crisis hipotecaria -donde el referente más empleado (euribor) sube continuamente y el Banco Europeo advierte que puede subir los tipos de interés a partir de marzo- han generado un roto considerable en el bolsillo de los valencianos.
Si a ello se suma la galopante subida del precio del carburante -que afecta a todo aquel producto transportado-, la conclusión es que el contexto económico no favorece precisamente la consecución del objetivo prioritario para Camps esta legislatura: lograr el pleno empleo.
El jefe del Consell, pese a ello, mantiene la previsión de poner la proa hacia el pleno empleo en 2008 y culminarlo en 2010. Considera que es la base del bienestar social y a ese fin va a dirigir todos sus esfuerzos estratégicos en esta primer tramo de su segunda legislatura.
La propuesta a empresarios y sindicatos de reeditar el gran pacto económico alcanzado la pasada legislatura, se visualizará en dos semanas con las primeras reuniones, y se espera que para antes de las elecciones generales esté ya perfectamente diseñada. Se trata de una negociación básica para mantener el nivel de generación de empleo y para diversificar las actividades en previsión de los primeros síntomas de desaceleración de la construcción. Los sectores productivos y la agricultura serán prioritarios en la negociación.
Las consecuencias sociales de este acuerdo son claras para Camps, quien ha delegado el grueso de la negociación en el vicepresidente económico, Gerardo Camps, y en el vicepresidente primero, Vicente Rambla, ambos con una reconocida formación económica.
El ritmo de crecimiento de la economía valenciana debe ser algo superior a la media española si se cumplen las previsiones de los gabinetes que asesoran al Ejecutivo autonómico; si es así, se conseguirá evitar la focalización del desempleo en los sectores más desfavorecidos de la sociedad, entre ellos, el creciente colectivo de inmigrantes. El mayo esfuerzo presupuestario va a corresponder, por tanto, a la labor de impulso de las políticas económicas adecuadas a esta situación de crisis encubierta a nivel internacional.
Camps ya ha comunicado a sus consellers la necesidad de consolidar el mercado laboral valenciano y de mejorar la calidad de vida de sus ciudadanos. Alcanzar un mayor nivel de renta es, pues, el siguiente reto que se ha marcado el presidente. Nivelar la renta de los valencianos con las que obtienen los ciudadanos de las regiones europeas más prósperas constituye otro de los desafíos para la legislatura, ya que permitiría entrar en una cadena de consumo que impulsaría tanto la oferta como la demanda global.
Sectorialmente, el compromiso con el medio ambiente se va a incrementar, si cabe, en esta legislatura. Camps ya ha dado órdenes precisas para que se elabore una estrategia territorial autonómica, apuntada ya en 2007, que debe ofrecer una información de alta precisión sobre la distribución urbanística de la Comunidad.
Alcanzar las 975.000 hectáreas de superficie protegida, aprobar el Plan del Paisaje, declarar otros 50 parajes naturales más, desarrollar una red de infraestructura verde y actualizar el plan integral de gestión de residuos son algunos de los compromisos adquiridos con los valencianos en esta línea de actuación.
Las ayudas para garantizar el acceso a una vivienda digna van a crecer exponencialmente y se tratará con la construcción de las viviendas protegidas estabilizar el precio de las mismas. Si no hay cambios presupuestarios, el presidente del Gobierno regional ha marcado la meta de invertir mil millones de euros en esta legislatura en materia de vivienda, lo que supondría un 30 por ciento más que lo gastado en el periodo 2003-2007.
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