La medida incluye una serie de recortes que afectarán a las instalaciones que la compañía posee en Reino Unido, Alemania, EEUU y los paises nórdicos en las que fabrica motores de avión. Se trata de una decisión provocada por el aumento del precio de las materias primas y la debilidad del dólar.
Rolls-Royce, emplea a 39.500 personas en cincuenta países y sólo en Gran Bretaña a 23.300, informó de que la medida afectará a las áreas de dirección y administración. No quiso indicar el alcance de los recortes, pero afirmó que buscará reducciones voluntarias.
Bernie Hamilton, portavoz del sindicato “Unite” que agrupa al sector, habló los problemas que la debilidad del dólar está causando a las industrias y se mostró dispuesto a apoyar a los trabajadores que resulten despedidos.
"Unite hará lo posible para que la compañía mantenga su carácter competitivo", añadió Hamilton, quien, a pesar de todo, afirmó que su sindicato no aceptará intentos de recortes que no sean voluntarios.
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