Los sindicatos de funcionarios se reafirmaron ayer en la convocatoria de huelga para el próximo día 24 después de que el presidente francés, Nicolas Sarkozy, reiterara su voluntad de recortar los efectivos de la Administración pública.
Sarkozy sigue proponiendo a los funcionarios un trato 'engañoso': 'canjear la degradación de sus condiciones de trabajo' y una 'disminución de la calidad del servicio público' por medidas salariales 'limitadas y no igualitarias', afirmó el sindicato FSU en un comunicado.
La FSU lamentó que Sarkozy 'no haga caso' de las expectativas y reivindicaciones expresadas por los funcionarios en la jornada de huelga del pasado 20 de noviembre y recalcó la necesidad de que la convocada para el 24 de enero sea un 'éxito'.
Ayer, en la felicitación de año nuevo a los funcionarios, que trasladó de París a Lille (norte), el jefe de Estado conservador reafirmó su voluntad de reducir los efectivos y abogó por una política de la función pública 'cualitativa', en lugar de 'cuantitativa'.
Sin embargo, no reiteró su promesa de no reemplazar a uno de cada dos funcionarios que se jubilen durante su mandato ni pronunció la frase, que constaba en la versión escrita de su discurso, según la cual la meta es reducir los efectivos al nivel de 1992.
Frente a las exigencias de subida salarial de los funcionarios, el presidente insistió en que la única forma de poder revalorizar las remuneraciones es mediante el recorte de puestos.
Reiteró que la mitad de los ahorros conseguidos con esa reducción se destinará a mejorar las remuneraciones, a la vez que prometió encontrar 'soluciones' al problema de las horas extraordinarias no pagadas acumuladas, especialmente en los hospitales públicos, a causa de la reducción del tiempo de trabajo a 35 horas semanales.
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