Aerolíneas Argentinas, controlada por el grupo español Marsans, llamó ayer a una 'concertación social' a siete gremios para resolver los conflictos que provocaron demoras y cancelaciones en los vuelos, además de protestas de los pasajeros.
Los retrasos para los despegues continuaban el sábado, después de que el pasado viernes unos 3.000 pasajeros quedaran tirados en el Aeropuerto de Ezeiza, el mayor de Argentina, por las suspensiones de vuelos a raíz de conflictos sindicales.
'Nosotros venimos convocando a los siete gremios que son los representantes de nuestros trabajadores para que de una vez por todas hagamos una concertación social porque no se puede discutir los temas con la gente parada en los aeropuertos', afirmó el portavoz de Aerolíneas Argentinas, Jorge Molina, en declaraciones radiales.
El Ejecutivo pidió tener 'relaciones maduras' con los gremios y consideró que es necesario 'hacer como se hacen en otras partes del mundo donde la gente, cuando realmente hay un conflicto o una huelga, sabe con anterioridad', por lo que 'no va al aeropuerto y maneja su tiempo'.
La compañía reprogramó para el sábado los vuelos cancelados del viernes, pero aún persistían las demoras ya que los despegues se iniciaron dos horas después de lo previsto.
El primer vuelo programado, para las 4.15 hora local (6.15 GMT) con destino a Madrid, partió a las 6.20 hora local (8.20 GMT), mientras que el segundo vuelo, previsto para las 5 (7.00 GMT) con destino a Sydney, salió a las 9.05 (11.05 GMT), según informaron fuentes de la aeropuerto.
'Estamos en una situación de regularidad de los vuelos', explicó Molina, quien insistió en que el servicio quedaría hoy normalizado.
Indignados por demoras de la aerolínea, grupos de viajeros bloquearon el viernes por unas horas algunos accesos a las salas de embarque del aeropuerto, situado a las afueras de Buenos Aires, para exigir explicaciones a la compañía.
En tanto, la discusión de un pasajero con una empleada del mostrador de Aerolíneas Argentinas hizo que todos los trabajadores se retiraran de sus puestos a instancias del sindicato Asociación del Personal Aeronáutico.
Por su parte, la Asociación de Pilotos de Líneas Aéreas rechazó que las demoras se deban a un conflicto de sus afiliados con la compañía.
Al comenzar a normalizarse la situación, la aerolínea difundió un comunicado en el que indicó que reprogramaría sus vuelos y ofreció hospedaje a sus clientes hasta normalizar el servicio.
La compañía también aseguró que el resto de los vuelos desde Ezeiza programados para el sábado mantendrían los horarios de partida previstos originalmente.
Los problemas en el aeropuerto empezaron el jueves, cuando los empleados de la firma de acarreo de equipajes Aerohandling, una contratista de Aerolíneas Argentinas, optaron por trabajar 'a reglamento' para exigir un plus salarial 'por inflación' de 1.200 pesos (380,9 dólares) como hicieron otras empresas del sector.
Mientras, el líder del sindicato de pilotos, Jorge Pérez Tamayo, negó que las demoras en los vuelos se deba a 'una protesta encubierta'.
'Los trastornos en Ezeiza no son ocasionadas por los pilotos, que tienen la mejor buena voluntad para volar, incluso en sus días libres', puntualizó.
Pérez Tamayo remarcó que el sindicato 'está acatando' la conciliación obligatoria dictada por el Ministerio de Trabajo en el conflicto por regulaciones laborales que los pilotos mantienen con Aerolíneas Argentinas.
Aerolíneas Argentinas, en la que el Estado argentino tiene una participación accionarial del 5 por ciento, arrastra desde hace meses una serie de conflictos sindicales que en varias ocasiones la obligaron a cancelar o suspender sus vuelos.
En noviembre pasado, el Gobierno argentino notificó al grupo Marsans la decisión de hacer uso de la opción de aumentar la cuota del Estado hasta el 20 por ciento del paquete accionarial de la compañía, lo que es motivo de negociaciones entre las partes.
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